“Quiero darle oportunidades a la gente”
Armitage, el empresario que reparte las ganancias con sus empleados
En Sidoc, la empresa que Maurice Armitage fundó hace 28 años, nadie gana menos de $1.200.000 mensuales, además, las utilidades se comparten con los empleados.
Este hombre, que estuvo secuestrado dos veces y luego del segundo plagio perdonó a quien planeó su secuestro y le pagó el abogado, habló con el Diario Occidente de su vida, de qué motiva su generosidad y de las razones por las que quiere ser alcalde de Cali.
¿Quién es Maurice Armitage?
Soy un caleño raizal con apellido raro porque nací de un inmigrante inglés que se casó con paisa, pero soy más valluno que el pandebono y la lulada. Me formé en un colegio público. He estudiado de todo sin graduarme de nada, el máster me lo ha dado la vida con la capacidad de conectarme con gente de todas las condiciones y clases sociales.
Usted es reconocido porque reparte con sus empleados las ganancias de su empresa. ¿Qué lo motiva a hacer eso?
Lo de repartir o compartir se me inculcó desde mi infancia… No éramos pobres, pero vivíamos al día, así que siendo cinco hermanos nos tocó aprender a compartir todo. Muy pocas cosas eran de propiedad personal. Muchas cosas, incluida la ropa nueva, la debimos compartir.
Yo soy un convencido de que, en la medida en que uno comparte, la vida misma no solo le devuelve eso a uno, sino incluso ¡mucho más! No soy exactamente una persona religiosa. Mi imagen de Dios quiero verla proyectada en los demás. Quiero ser una buena persona, en el sentido de compartir y darle oportunidades a la gente.
¿Cómo funciona el sistema de repartición de utilidades en su empresa?
En Sidoc repartir utilidades es una forma de ser eficiente. Desde el portero hasta el gerente están involucrados en ver el éxito de la compañía, que no es del dueño sino de la gente que trabaja allí, y en la medida en que compartas las noticias buenas y las malas comprometes a la gente.
Cada mes nos reunimos con todos, analizamos cómo nos fue en el mes anterior y nos ponemos metas de producción. Durante los últimos diez años hemos repartido utilidades. El año pasado tuvimos que cancelar dos meses el reparto y todo el mundo lo entendió y asumió que estábamos en una situación difícil.
Lo más importante en la vida es que la gente tenga confianza en ti. Cuando un empleado no tiene confianza en su jefe porque cree que lo está explotando, está mal.
¿Qué ha ganado usted como empresario al compartir sus ganancias con los empleados?
La mayoría de los empresarios le esconden a la gente su negocio, y en eso los europeos y los gringos nos llevan años luz; aquí en Colombia somos muy dados a esconder nuestras propias realidades.
Cuando comprometes a la gente en las buenas y en las malas tienes autoridad moral para decir “tenemos que apretar y ser más eficientes”. Pero hay que decir cuando a uno le va bien. Es algo que no se debe ocultar.
He aprendido una cosa buena y es que, por más que sean importantes las máquinas y la plata, lo realmente importante es la gente que trabaja con uno, y en eso hemos tenido un gran éxito. En 28 años en nuestra empresa (Sidoc) no ha existido un solo intento de sindicalización cuando, es algo tan común en el gremio siderúrgico. Creemos y apostamos a que quienes trabajan con nosotros sean gente feliz.
El salario mínimo en Colombia es de $644.400, pero en su empresa nadie gana menos de $1.200.000, ¿cree que otros deben hacer lo mismo?
Entiendo que el salario mínimo afecta al empresario pequeño, al que tiene cinco empleados, pero en la gran industria la gente de arriba tiene que pagar mejores salarios y hacer la distribución del ingreso. Y si tienes empleados mejor pagados, la gente consume y la economía funciona. Pero si los que trabajan no ganan, no se puede.
La plata uno se la gana con el sistema capitalista, porque eso es lo que domina en el planeta, pero estoy convencido de que hay que gastarla pensado en el socialismo. Uno no puede tener un ambiente sano dentro de una sociedad en medio de la desigualdad y la pobreza. Trabajar en función de la Inclusión Social es el único camino para lograr la paz.
Usted es un empresario exitoso, siempre ha estado el sector privado y nunca ha hecho política, ¿por qué decidió lanzarse a la Alcaldía de Cali?
A raíz de lo que hemos hecho muchas personas me han dicho: “Maurice, usted tiene el perfil que Cali necesita”, y a mi me gustaría replicar con la ciudad lo que hemos hecho con Sidoc, transformar la vida de las personas a través de las oportunidades, para darles una vida digna.
Necesitamos un nuevo orden que reduzca las desigualdades y genere nuevas oportunidades para quienes más lo necesitan. Debemos estar dispuestos a aportar todos mucho más… ¡No veo otro camino!
El perdón
Después de su segundo secuestro usted no solo perdonó a uno de sus secuestradores sino que también le pagó el abogado, ¿por qué lo hizo?
En algún momento, ya en libertad, yo entendí el drama de esta persona, no para justificarlo, sino para entender que a veces todos tomamos decisiones equivocadas que nos afectan o que lamentablemente, como en mi caso, afectan a otros. Pero, igual, todos reclamamos siempre una segunda y hasta una tercera oportunidad. Yo me dije: “¿Por qué no dársela?”. Así que terminé por asumir su defensa jurídica y el apoyo econímico a su familia por cerca de tres años. Yo me conecté allí humanamente con ese drama.