Suroccidente, el más afectado
Paro armado del ELN siembra temor en seis regiones
Colombia atraviesa horas de profunda tensión en la última jornada del paro armado decretado por la guerrilla del ELN, una ofensiva de tres días que deja más de 50 acciones violentas y de intimidación en al menos seis regiones del país.
Según el balance del Ministerio de Defensa, aunque muchas de estas acciones han tenido un alto componente simbólico, el impacto sobre la seguridad, la movilidad y la vida cotidiana de miles de ciudadanos ha sido real y alarmante.
El paro armado, anunciado el pasado viernes por el ELN, fue justificado por ese grupo ilegal como una protesta contra lo que denomina “amenazas de intervención imperialista” de Estados Unidos.
Sin embargo, en la práctica, la medida se tradujo en atentados, hostigamientos, bloqueos viales, quema de vehículos y la instalación de banderas y artefactos explosivos en carreteras estratégicas, generando un ambiente generalizado de miedo.
Acciones violentas
De acuerdo con el ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, se han contabilizado 51 hechos atribuibles a esta guerrilla en departamentos del norte, oriente y occidente del país.
Cerca del 75 % de estos eventos corresponden a la instalación de símbolos del ELN, una estrategia que el Gobierno calificó como “terrorismo mediático”.
No obstante, el funcionario reconoció que varios ataques han causado víctimas y daños materiales de consideración.
Entre los hechos más graves se encuentra el atentado con motocicleta bomba contra el peaje de La Lizama, en la vía entre Barrancabermeja y Bucaramanga, que dejó herida a una trabajadora.
A esto se suma el asesinato de un conductor de ambulancia en Puerto Santander, Norte de Santander, durante un hostigamiento armado contra un puesto policial, un crimen que fue condenado por el Ministerio de Salud como una grave violación al Derecho Internacional Humanitario.
En el suroccidente
Aunque el paro armado ha tenido repercusiones en varias zonas del país, la situación en el suroccidente colombiano es particularmente crítica debido al accionar no solamente del ELN sino de otros grupos armados ilegales.
Departamentos como Valle, Cauca y Nariño concentran algunos de los episodios más violentos y evidencian la fragilidad de la seguridad en esta región históricamente golpeada por el conflicto armado.
Ciudades como Cali, que aparecen mencionadas dentro del contexto de las alertas recientes, fue objeto de dos atentados terroristas al parecer del ELN en los que murieron dos policías, lo que incrementa la sensación de inseguridad en los centros urbanos del suroccidente.
En el Cauca, la vía Panamericana ha sido objeto de cinco ataques y acciones propagandísticas del ELN y en las últimas horas fue incinerado un vehículo de carga en jurisdicción de Caldono, por lo que se investiga si fue autoría de este grupo ilegal.
Este hecho provocó la reducción del transporte público y aumentó el temor entre viajeros y transportadores, afectando la movilidad entre Popayán y Cali, un corredor clave para el suroccidente del país.
Otros hechos
Por otra parte, en medio de la alerta por el paro armado, el municipio de Buenos Aires vivió una de las jornadas más dramáticas durante más de siete horas, en las que hombres armados atacaron con explosivos el comando de la Policía, dejando dos uniformados muertos, daños en la alcaldía, la Casa de Justicia y el hospital local, además del saqueo al Banco Agrario.
El gobernador Octavio Guzmán advirtió que el municipio quedó incomunicado tras el pinzamiento de vehículos en las vías de acceso, mientras familias enteras permanecieron confinadas en medio del fuego cruzado.
La Defensoría del Pueblo alertó sobre una grave vulneración de derechos humanos, especialmente de comunidades negras que habitan el territorio.
Este hecho fue atribuido a las disidencias de las Farc por las autoridades.
En Nariño, se presentó un ataque con drones contra la estación de Policía de El Tambo, que dejó un agente herido y aunque las autoridades no han atribuido este hecho directamente al ELN, el ataque se produce en medio del paro armado y en una zona disputada por distintos grupos armados ilegales.