BanRep mantiene tasa en 9,25%

Gobierno cancela la Línea de Crédito Flexible del FMI: un doble mensaje a los mercados

Foto: Pixabay
miércoles 1 de octubre, 2025

La economía colombiana cerró septiembre con dos decisiones de alto calibre: la Junta Directiva del Banco de la República optó por mantener estable su tasa de interés en 9,25% por cuarta ocasión consecutiva, y el Gobierno notificó la cancelación de la Línea de Crédito Flexible (LCF) con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En conjunto, ambas determinaciones envían un mensaje mixto a los mercados: prudencia en la política monetaria frente a las presiones inflacionarias, pero mayor vulnerabilidad fiscal y externa tras la pérdida de un seguro financiero clave.

Una tasa estable en medio de tensiones inflacionarias

El Banco de la República tomó la decisión esperada por el consenso de analistas: mantener la tasa de política en 9,25%.

La votación, sin embargo, reflejó las divisiones internas. Cuatro codirectores defendieron la estabilidad, dos abogaron por un recorte de 50 puntos básicos y uno por una reducción de 25 pb.

El desacuerdo interno refleja el dilema central: mientras la inflación persiste por encima de la meta, la actividad económica muestra señales de recuperación.

Los datos de agosto confirmaron el pulso de la inflación: un repunte de 20 puntos básicos llevó el índice anual a 5,10%, rompiendo la trayectoria descendente que se había consolidado en meses previos.

Aunque la inflación sin alimentos completó cuatro meses de descenso, la medida sin alimentos ni regulados volvió a acelerarse.

Más preocupante aún, las expectativas de inflación para 2025 y 2026 aumentaron, situándose en 5% y 4% respectivamente, ambas fuera del rango de tolerancia del Emisor.

Este panorama explica la cautela del banco central. La discusión sobre el salario mínimo, que el Ministerio de Hacienda anticipa será superior a la inflación, añade un factor de presión alcista.

A esto se suma la incertidumbre fiscal, que limita el margen de maniobra de la política monetaria.

La decisión de mantener tasas altas busca anclar expectativas y evitar que un relajamiento prematuro erosione la credibilidad del Emisor.

Recuperación económica con riesgos latentes

No todo son nubarrones. La actividad económica empieza a mostrar signos de recuperación gracias al fortalecimiento de la demanda interna y al buen desempeño del sector terciario.

Este repunte ha permitido al BanRep sostener el discurso de estabilidad, respaldado además por condiciones financieras internacionales más holgadas.

En septiembre, la Reserva Federal de Estados Unidos redujo en 25 pb su tasa de referencia, situándola en 4,00%-4,25%, un alivio para los flujos de capital hacia economías emergentes.

Sin embargo, persisten riesgos globales: tensiones geopolíticas y la incertidumbre sobre la política comercial estadounidense podrían alterar los vientos externos en cualquier momento. Ante esta fragilidad, mantener la tasa estable es tanto una decisión técnica como un mensaje político de prudencia.

El fin de la Línea de Crédito Flexible: ¿golpe de confianza?

El anuncio paralelo del Gobierno sobre la cancelación de la Línea de Crédito Flexible (LCF) con el FMI agrega un matiz complejo. La LCF, suspendida desde abril de 2025 por incumplimientos técnicos, funcionaba como un “seguro” frente a choques externos severos. Su cancelación formaliza una realidad ya anticipada, pero deja al país con menos herramientas preventivas.

El diagnóstico del FMI, tras la consulta del Artículo IV, reconoció señales de estabilización: un crecimiento proyectado del PIB de 2,5% en 2025, convergencia de la inflación hacia 4,5% a fin de año y reducción del déficit en cuenta corriente.

Sin embargo, el organismo alertó sobre la fragilidad fiscal: déficit del Gobierno Central en 6,7% del PIB en 2024 y deuda bruta cercana al 61% del PIB.

La activación de la cláusula de escape de la regla fiscal hasta 2027 ha debilitado los anclajes institucionales, aumentando la percepción de riesgo entre inversionistas.

El FMI advirtió que la combinación de debilidad fiscal, incertidumbre política y choques externos podría desembocar en una “parada súbita” de capitales.

La pérdida de la LCF amplifica esta vulnerabilidad, pues su sola existencia funcionaba como un disuasivo frente a la volatilidad financiera.

Implicaciones de corto y largo plazo

En lo inmediato, la decisión de mantener la tasa de interés en 9,25% implica que los hogares y empresas seguirán enfrentando un costo del crédito elevado.

Esto limitará la recuperación del consumo y la inversión, aunque servirá para contener expectativas inflacionarias. El mensaje del BanRep es claro: no habrá más recortes este año y la política monetaria seguirá guiada por la cautela.

En paralelo, la cancelación de la LCF podría traducirse en mayores primas de riesgo y encarecimiento del financiamiento de la deuda pública.

Colombia cuenta todavía con un colchón de reservas internacionales robusto, pero la ausencia de un respaldo multilateral deja a la economía más expuesta a la volatilidad de los mercados.

A futuro, el desafío será doble. Por un lado, el Banco de la República deberá equilibrar el control de la inflación con el apoyo a la incipiente recuperación económica, en un contexto de presiones fiscales.

Por otro, el Gobierno tendrá que demostrar un compromiso creíble con la consolidación fiscal, si quiere compensar la pérdida de la LCF y restaurar la confianza de los inversionistas.

Conclusión

Septiembre de 2025 marca un punto de inflexión en la política económica del país. La estabilidad de tasas ratifica la estrategia de prudencia monetaria, pero la cancelación de la Línea de Crédito Flexible con el FMI abre interrogantes sobre la resiliencia financiera de Colombia frente a choques externos.

El reto ahora será navegar entre la urgencia de controlar la inflación, la necesidad de consolidar las cuentas públicas y la tarea de mantener la confianza de los mercados en un escenario internacional incierto.


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