Economía en compás de espera

BanRep bajaría su tasa al 9% en medio de señales mixtas de inflación y persistente incertidumbre fiscal

Foto: IA
viernes 18 de julio, 2025

La Junta Directiva del Banco de la República podría reactivar el ciclo de flexibilización monetaria el próximo 31 de julio, con un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de política, que la llevaría al 9%.

La medida, aunque modesta, respondería a la desaceleración reciente en los precios al consumidor, pero se tomaría en un entorno aún marcado por riesgos inflacionarios al alza, tensiones fiscales y presiones externas.

De acuerdo con el informe del Grupo Bancolombia, la inflación mensual de julio se ubicaría en 0,21%, con lo cual la variación anual pasaría de 4,82% en junio a 4,83%.

Este leve repunte no contradice la tendencia de desaceleración, pero evidencia una pausa en el proceso de desinflación, atribuida a factores puntuales como el alza en precios de regulados, alimentos y bienes.

Por componentes, los precios regulados —que incluyen servicios públicos y transporte— subirían 0,09% mensual, empujados por aumentos en las tarifas de agua, gas, alcantarillado y combustibles.

En alimentos, se prevé un repunte de 0,16% en el mes, impulsado parcialmente por las tensiones logísticas derivadas del paro arrocero iniciado el 14 de julio.

Este paro, aunque focalizado, podría haber generado presión sobre los productos perecederos y otros bienes agroalimentarios.

El rubro de bienes (productos durables y semidurables) presentaría una inflación mensual de 0,24%, su sexto mes consecutivo al alza, debido a aumentos en productos farmacéuticos, artículos de lujo y de aseo.

En contraste, el grupo de servicios —que incluye arriendo y alimentación fuera del hogar— mantendría una tendencia a la baja, con una inflación anual que se reduciría a 5,93%, la más baja desde septiembre de 2022.

La inflación básica (sin alimentos ni regulados) también se mantendría estable en 4,96% anual, lo que da margen al Emisor para recortar su tasa sin desalinearse de su objetivo de convergencia hacia la meta del 3%.

Sin embargo, los analistas de Bancolombia advierten que la indexación de precios al salario mínimo sigue siendo un lastre para una reducción más acelerada del IPC.

El contexto internacional tampoco ofrece alivios.

Las condiciones financieras globales se han endurecido tras las recientes medidas arancelarias del gobierno Trump en Estados Unidos, lo que ha moderado las expectativas de recortes en la tasa de interés de la Reserva Federal.

Esto se suma a un entorno geopolítico incierto, que impacta los precios de materias primas, la volatilidad cambiaria y los flujos de inversión.

A nivel interno, el panorama fiscal continúa siendo uno de los principales focos de inquietud.

Aunque el mercado de deuda pública ha mostrado cierta recuperación tras el sinceramiento de las cuentas por parte del gobierno en junio, los analistas recuerdan que persisten los efectos de la suspensión de la Regla Fiscal, las rebajas en la calificación crediticia y el riesgo país elevado.

Las expectativas de inflación para cierre de 2025 se mantienen ancladas en 4,8%, un punto completo por encima del rango meta superior del Banco de la República (4%).

Este desanclaje implica que el Emisor deberá actuar con cautela, equilibrando la necesidad de apoyar el crecimiento económico con el compromiso de estabilidad de precios.

En ese sentido, se anticipa que la decisión del 31 de julio será dividida.

Algunos codirectores podrían mostrarse más reacios al recorte ante el repunte puntual de la inflación mensual y la persistente presión sobre los precios de bienes y regulados.

Sin embargo, el grueso de la Junta parece inclinarse por una reducción paulatina de la tasa, en línea con una visión más optimista sobre la convergencia inflacionaria en el mediano plazo.

En suma, la baja de tasas sería un gesto de confianza moderada en el proceso de desinflación, pero sin perder de vista los nubarrones que aún rodean la economía.

La inflación sigue lejos del 3% deseado y el entorno fiscal y externo continúa siendo frágil.

El Banco de la República camina por una cuerda floja: aflojar el cinturón sin perder el equilibrio.


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