Tras resultados de productividad
Cámara colombo americana pide enfoque moderado para la negociación del salario mínimo 2025
El reciente informe sobre los resultados de productividad del tercer trimestre de 2024, que muestra un crecimiento de la Productividad Total de los Factores (PTF) del 1,73%, ha generado reacciones en diversos sectores económicos de Colombia.
Este indicador, clave para la economía del país, será uno de los elementos centrales en las negociaciones del salario mínimo 2025, que comenzarán en los próximos meses.
La Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) destacó la importancia de considerar estos datos de productividad al momento de definir el nuevo ajuste salarial, resaltando la necesidad de un proceso riguroso y equilibrado.
María Claudia Lacouture, presidenta de la entidad, señaló que, a pesar de que el crecimiento de la productividad es positivo, este debe ser acompañado por un enfoque moderado en cuanto al incremento del salario mínimo, de manera que se protejan tanto los intereses de los trabajadores como de las empresas.
Un ajuste salarial moderado: La clave según AmCham Colombia
El crecimiento de la PTF, aunque positivo, refleja un entorno económico marcado por desafíos importantes, como la necesidad de reactivar el crecimiento, mantener la reducción de la inflación y, al mismo tiempo, preservar la estabilidad laboral.
Lacouture afirmó que, ante esta situación, un ajuste salarial elevado podría poner en riesgo la sostenibilidad de muchas empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y afectar la recuperación económica del país.
“Es fundamental que el aumento del salario mínimo se realice con un enfoque responsable, buscando fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores sin comprometer la competitividad empresarial ni los avances logrados en la recuperación económica”, comentó Lacouture.
La presidenta de AmCham Colombia destacó la importancia de no caer en un incremento desmedido, y en su lugar, abogó por un aumento moderado, en un dígito, que permita mejorar las condiciones salariales de los trabajadores sin generar presiones inflacionarias ni afectaciones a las empresas.
El contexto económico y los desafíos para la negociación
El crecimiento de la productividad, aunque positivo, se da en un contexto económico complejo.
Colombia enfrenta varios retos estructurales, entre los que destacan la alta tasa de informalidad laboral, la lenta recuperación de ciertos sectores productivos tras la pandemia, y la constante presión de la inflación en los precios de los bienes y servicios.
En este sentido, el salario mínimo sigue siendo una herramienta clave para la política económica del país, pero también un tema de difícil balance.
Lacouture hizo énfasis en que, para que el ajuste salarial sea efectivo y sostenible, debe priorizarse la sostenibilidad empresarial y la generación de empleo formal, dos factores esenciales para la estabilidad económica a largo plazo.
Si bien el poder adquisitivo de los colombianos debe mejorar, es crucial que el salario mínimo no actúe como un freno al empleo formal, algo que ha sucedido en ocasiones anteriores cuando los aumentos salariales han sido demasiado elevados.
“El salario mínimo no solo impacta el bienestar de los trabajadores, sino que también juega un rol fundamental en la formalización del empleo. Un aumento desmedido podría incentivar aún más la informalidad laboral, que ya es un desafío para el país,” agregó Lacouture.
El desafío de la recuperación económica y la inflación
En un entorno donde la reducción de la inflación sigue siendo uno de los objetivos principales del gobierno, la moderación en el ajuste salarial se convierte en un factor clave para evitar que la subida de los salarios genere un efecto arrastre sobre los precios de los productos y servicios.
La inflación, que ha afectado gravemente el poder adquisitivo de los colombianos en los últimos años, sigue siendo una preocupación central.
Por lo tanto, en el escenario de la negociación del salario mínimo para 2025, será vital encontrar un punto de equilibrio que permita fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores sin que ello implique una pérdida de competitividad para las empresas ni un incremento de la inflación que afecte aún más a los consumidores.
El papel de las empresas en la negociación salarial
Para la Cámara Colombo Americana, la posición de las empresas no es solo una cuestión de competitividad, sino también de responsabilidad social.
Lacouture destacó que, en un escenario económico desafiante, las empresas deben ser parte activa de la solución y colaborar en la generación de un entorno laboral más inclusivo y sostenible.
Esto incluye no solo el ajuste salarial, sino también la mejora en la productividad, la innovación y la formalización del empleo.
“Es fundamental que las empresas inviertan en el bienestar de sus empleados a través de políticas laborales que no solo se centren en el salario, sino también en la capacitación y el desarrollo profesional, lo cual será clave para el crecimiento económico del país,” señaló Lacouture.
Una negociación clave para el futuro de Colombia
El proceso de negociación del salario mínimo para 2025 será determinante para el futuro económico de Colombia.
Con un crecimiento moderado de la productividad y un panorama económico que aún enfrenta desafíos, el ajuste salarial debe ser cuidadoso y bien planificado.
La propuesta de la Cámara Colombo Americana de optar por un aumento moderado en un dígito es un llamado a la cautela, buscando fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores sin poner en riesgo la recuperación económica ni la competitividad empresarial.
A medida que las negociaciones se acerquen, será clave el diálogo entre los diferentes actores del país —gobierno, sindicatos y sector privado— para llegar a un acuerdo que beneficie a todas las partes involucradas y permita un desarrollo económico sostenible a largo plazo.