Informe técnico-económico con base en el informe especial de demografía

Colombia ante el desafío demográfico: menos jóvenes, más adultos, más presión fiscal

lunes 23 de junio, 2025

Colombia se enfrenta a una transformación estructural de su pirámide poblacional que tendrá implicaciones profundas sobre su crecimiento económico, sostenibilidad fiscal, política laboral y protección social.

Informe técnico-económico con base en el informe especial de demografía de Bancolombia señala que el bono demográfico del país ha entrado en una fase de agotamiento, y aunque este cambio no será abrupto, sí será progresivo e inevitable.

Fin del bono demográfico: menos trabajadores por cada adulto mayor

Uno de los principales hallazgos del informe es que el número de personas en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) ha comenzado a desacelerarse, mientras que la población de 65 años o más crecerá de forma acelerada en las próximas décadas.

Actualmente, por cada adulto mayor hay más de 8 personas en edad laboral; sin embargo, hacia el año 2070 esta proporción caerá a 2,5.

“Esto tiene efectos directos sobre la tasa de dependencia: si hoy cada trabajador sostiene a menos de una persona fuera del mercado laboral (niños o mayores), en el futuro deberá sostener a más. Esta presión sobre los sistemas de pensiones y salud obligará a repensar su financiación y sostenibilidad” puntualizó Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia.

Desaceleración del crecimiento poblacional

Se proyecta que la población total del país alcance su punto máximo entre 2055 y 2060, con cerca de 55 millones de habitantes.

A partir de ahí comenzará a disminuir. Este estancamiento es resultado de una rápida reducción de la fecundidad (que ya está en 1,5 hijos por mujer, por debajo del nivel de reemplazo) y del aumento en la esperanza de vida.

Colombia se suma así al grupo de países que enfrentan una “transición demográfica avanzada”, fenómeno más propio de economías desarrolladas que históricamente han enfrentado procesos de envejecimiento similares (como Japón, Alemania o Italia), aunque con estructuras productivas más robustas para afrontarlo.

Impacto sobre la productividad y el crecimiento potencial

Con una población laboral que deja de crecer y una mayor proporción de adultos mayores, el crecimiento económico de Colombia dependerá cada vez más del aumento de la productividad y de la incorporación de tecnología.

El país deberá sustituir el motor demográfico por motores de eficiencia, innovación y educación.

Sin reformas estructurales, el PIB potencial podría disminuir progresivamente, con efectos en la generación de empleo, recaudo tributario y sostenibilidad de la deuda pública.

Retos para el sistema pensional y de salud

El envejecimiento de la población se traduce en un crecimiento sostenido del gasto en pensiones y salud.

El informe advierte que si no se toman decisiones desde ahora, el Estado tendrá que aumentar su gasto en pensiones del 4 % actual al 8 % del PIB en las próximas décadas, mientras que el gasto en salud podría superar el 10 % del PIB.

Este panorama exige revisar la edad de pensión, los mecanismos de cotización y la cobertura del régimen pensional, al tiempo que se fortalece la atención primaria y la prevención en el sistema de salud.

Urbanización, migración interna y concentración regional

Las proyecciones demográficas también muestran una alta concentración poblacional en las grandes ciudades, lo que pone presión sobre su infraestructura y servicios.

Mientras tanto, regiones rurales y de menor desarrollo económico enfrentarán despoblamiento, envejecimiento acelerado y una menor base productiva, lo que profundiza las brechas territoriales.

Además, la migración venezolana ha tenido un impacto relevante: si bien alivió parcialmente el ritmo de envejecimiento poblacional, no altera la tendencia estructural de largo plazo.

Oportunidades de política pública

Frente a este panorama, el informe concluye con una serie de recomendaciones clave:

Aumentar la productividad laboral mediante la inversión en educación, formación para el trabajo y digitalización.

Diseñar una política migratoria activa que permita atraer y retener talento joven y capacitado.

Modernizar el sistema pensional, equilibrando solidaridad y sostenibilidad.

Fomentar el envejecimiento activo, incluyendo incentivos para la permanencia de adultos mayores en el mercado laboral.

Fortalecer las ciudades intermedias, promoviendo su desarrollo como nuevos polos de atracción demográfica y económica.

Establecer un sistema de cuidados, ante la creciente demanda de atención a personas mayores dependientes.


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