Una señal de alerta para la sostenibilidad de las finanzas públicas
Déficit fiscal de Colombia alcanza niveles históricos
El Ministerio de Hacienda confirmó que el déficit fiscal de Colombia alcanzó en julio de 2025 un nivel crítico: el déficit primario llegó al 1,4% del PIB, mientras que el déficit total se situó en 4,3% del PIB, cifras que representan los niveles más altos desde la crisis de la pandemia y que encienden las alarmas sobre la sostenibilidad fiscal del país.
El déficit primario –que excluye el pago de intereses de la deuda– fue de 1,4% del PIB, un deterioro marcado frente al superávit de 0,7% registrado en julio de 2024.
El resultado obedece principalmente al aumento del gasto público, que alcanzó un 14,7% del PIB frente a 13,9% en el mismo mes del año anterior, mientras que los ingresos tributarios se mantuvieron prácticamente estables, en torno al 10,5% del PIB.
En consecuencia, el déficit total acumulado llegó al 4,3% del PIB, una cifra comparable únicamente con el 4,2% de 2020, en pleno choque económico por la pandemia, y muy por encima de la media de 2,2% observada en los primeros siete meses de 2025.
Este desbalance representa ya el 60% de la meta fiscal proyectada para todo el año en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), que planteaba un déficit del 7,2% para 2025.
Factores estructurales
El desbalance refleja dos problemas estructurales:
Un gasto público rígido, impulsado por mayores transferencias sociales y compromisos de inversión.
Un recaudo estancado, que pese a la reforma tributaria y al crecimiento económico, no muestra variaciones significativas frente a 2024.
En palabras simples, el país gasta más de lo que recauda, y la dinámica de ingresos no logra compensar la presión fiscal derivada de mayores compromisos presupuestales.
Comparación internacional
En América Latina, los déficits fiscales en torno al 4% o 5% del PIB se consideran señales de alta vulnerabilidad macroeconómica, pues elevan los costos de financiamiento de la deuda pública y aumentan el riesgo de perder credibilidad frente a inversionistas y calificadoras de riesgo.
En el caso colombiano, la situación se agrava por el peso del servicio de la deuda, que sigue absorbiendo una proporción considerable de los ingresos del Estado.
Proyecciones para el cierre de 2025
El panorama no es alentador. De mantenerse la tendencia, el déficit presupuestal nominal cerraría el año en 7,5% del PIB, superando el 6,7% registrado en 2024.
El déficit primario, por su parte, se ubicaría en 2,7% del PIB, duplicando la cifra proyectada inicialmente en el MFMP.
Estos resultados implican que el Gobierno deberá intensificar esfuerzos de ajuste fiscal, ya sea mediante nuevas fuentes de recaudo, recortes al gasto o reformas estructurales que mejoren la eficiencia tributaria.
De lo contrario, Colombia se expone a un escenario de mayor endeudamiento, incremento en los costos de financiamiento externo y presiones sobre el tipo de cambio.
Implicaciones políticas y sociales
El déficit fiscal no es solo una cifra contable: se traduce en menos margen de maniobra para la política social y de inversión.
En un contexto de necesidades crecientes en educación, salud, infraestructura y seguridad, un deterioro fiscal sostenido puede obligar al Gobierno a priorizar el pago de deuda sobre la financiación de proyectos estratégicos.
Además, el debate sobre el Presupuesto General de la Nación 2026 (PGN), que inicia en el Congreso este mes, estará marcado por estas cifras.
El Ministerio de Hacienda deberá convencer a los legisladores de la necesidad de ajustes, mientras enfrenta la presión política de evitar medidas impopulares en un año preelectoral.
El reto de recuperar la confianza
Los analistas advierten que el desafío principal será recuperar la confianza de los mercados internacionales. Para ello, el país debe demostrar un compromiso claro con la consolidación fiscal.
De lo contrario, un déficit por encima del 7% del PIB podría elevar el riesgo de una rebaja en la calificación crediticia, encareciendo aún más el acceso al financiamiento externo.
Colombia enfrenta un momento crítico en materia fiscal: el aumento del déficit refleja la tensión entre la necesidad de sostener el gasto social y las limitaciones estructurales del recaudo tributario.
La próxima discusión presupuestal será decisiva para definir si el país logra encauzar sus cuentas hacia la sostenibilidad o si se adentra en un terreno de mayor vulnerabilidad económica.