Valle encuentra su fortalece en la diversificación de su economía

“El reto es que se consolide la etapa de recuperación”

viernes 26 de noviembre, 2021

Para el Comité intergremial y empresarial del Valle del Cauca (CIEV) la región viene transitando un proceso de recuperación muy positivo que ratifica la gran capacidad del tejido empresarial de reponerse de las crisis y esto ha permitido recuperar gran parte del empleo, esperando que esta senda se consolide en los últimos meses del año.

Para Edwin Maldonado, director ejecutivo del CIEV “debido a la gran diversidad económica que tenemos, la situación de las empresas puede ser diferente; algunas no han podido reponerse todavía de las afectaciones del paro, tienen bajo flujo de caja, otras viene en un proceso lento de recuperación, y otras, sobre todo del sector comercio, turismo y entretenimiento hoy tienen una dinámica de recuperación excepcional, y debido a que estos sectores son grandes generadores de empleo, han contribuido mucho en la recuperación.

Sin embargo, hay factores externos como la escases de contenedores y buques, y el incremento de los precios de los insumos en varios sectores, que hacen que las perspectivas de reactivación de algunos sectores se vean afectadas.

El reto es que el próximo año se consolide una senda de recuperación que permita un crecimiento equilibrado de todos los sectores económicos y que el ritmo de recuperación del empleo se acelere”.

Un empresariado sólido

Finalizando el 2019, según la Andi, se proyectaba un 2020 de incertidumbre con volatilidad en los mercados, leve recuperación de la economía mundial, regional y nacional, un mayor dinamismo del comercio exterior, persistencia de la guerra comercial, algunas tendencias proteccionistas, y, tensiones geopolíticas y sociales. En suma, un año complejo, pero hasta cierto punto, similar a los que la coyuntura reciente había permitido vivir.

Llegó el 2020 y al finalizar el primer trimestre ya era evidente que ese año sería recordado como un punto de quiebre en la historia. Se vivieron transformaciones dramáticas que cubrían muchos aspectos de la vida familiar, comercial, empresarial e internacional.

Con un gran confinamiento se desató una crisis nunca antes vista que empezó a hablar de una nueva normalidad acompañada de una gran crisis sanitaria. También se hablaba de una sexta revolución industrial, donde la transformación digital que era un proyecto que se tenía para el inmediato futuro pasó a ser una necesidad apremiante, que se aceleró y llego para quedarse en los hogares, las empresas, los gobiernos, los colegios, es decir, toda la actividad económica y social.

Y cuando se esperaba que el 2021 abriera oportunidades de reactivación llegó el paro nacional que, según datos de la Andi, significó una pérdida de 13 o 14 billones de pesos (unos US$3. 500 millones), mientras que la pandemia generó pérdidas en las empresas por un equivalente de 64 billones de pesos (US$17.300 millones).

Pero ante estos acontecimientos ¿qué papel juega un empresariado sólido en materia de reactivación?

Para Edwin Maldonado el sector empresarial cumple un lugar central en el escenario económico y social ya que es un actor generador de inversión y desarrollo.

“Ellos están arriesgando su capital y su trabajo, y al final son quienes crean las oportunidades laborales, por ende, se les debe reconocer la labor que hacen ya que favorecen en grandes proporciones el apalancamiento del crecimiento económico” estableció.

El dirigente gremial explicó que muchos estudios demuestran que la densidad empresarial (es decir la cantidad de empresas en un territorio, medida por habitante o por kilómetro cuadrado) tiene relaciones positivas con los principales indicadores del desarrollo.

“Es decir, a mayor número de empresas, hay mayor generación de empleo en un territorio, y más probable que sea formal y de calidad, y con esto, hay mejores ingresos para la población y menor pobreza.

A su vez, las empresas presionan por la existencia de mejores servicios públicos, salud, educación, mayor conectividad física, y estos se ve reflejado en mejores condiciones de vida y seguridad, entre otros beneficios, por lo cual se puede decir que el tejido empresarial es el sustento para la reactivación económica y por ello, las empresas deben contar con solvencia y estabilidad” aseguró.

Para Maldonado el reto es reforzar las estrategias de acompañamiento a las empresas con incentivos a la formalización y con capital de trabajo, articulando toda la oferta que existe por parte de actores públicos o privados de orden local o nacional, para aprovechar de mejor manera nuestras capacidades productivas como región y no dejar que se sigan muriendo nuestras empresas.

Empresas competitivas

Este concepto fue complementado por Carlos Andrés Pérez, director de competitividad de la Cámara de Comercio de Cali, al afirmar que las sociedades más prósperas y equitativas son aquellas en las que su estructura empresarial es más diversa y competitiva.

“Debe ser interés de todos los ciudadanos que las empresas de todos los tamaños y del mayor número viable de sectores sean competitivas en una región pues ello genera mayores oportunidades de empleo, inversión, pago de impuestos y, en general, mayores condiciones de calidad de vida para sus habitantes”.

Dijo que en el caso del Valle del Cauca, esto se ve potenciado por la red de ciudades del Departamento. “Tenemos la gran fortuna de poder contar en la región, e incluso en el norte del Cauca, con centros urbanos que posibilitan la atracción de inversión y expansión de empresas de diversos sectores. Precisamente esto ha contribuido de forma destacada a que el Valle del Cauca se destaque como el Departamento con mejores indicadores de calidad de vida en el contexto nacional”.

Y es que la fortaleza de un país depende de la grandeza de su tejido productivo, cuando el sector empresarial crece, su economía es pujante. Es una variable relacionada directamente, al crecimiento del PIB de nuestro departamento. Las empresas, son generadoras activas de empleo y de riqueza para la región, cimentando el progreso y el bienestar de toda una sociedad.

“Un sector empresarial solido fomenta la productividad, la innovación y desarrollo tecnológico de un país. Por ello es imprescindible la protección, el acompañamiento y la defensa del sector empresarial colombiano. Los empresarios han tenido una capacidad de resiliencia única, que les ha permitido mantenerse a flote y generar empleo y crecimiento para la región” explicó Octavio Quintero de Fenalco.

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