Algunos eventos colapsan las plataformas de ventas
La anticipación, los algoritmos y la experiencia fan disparan la demanda de conciertos
Los conciertos de grandes giras internacionales, como la de Bad Bunny la pasada semana, cuyas preventas en Colombia (y en el resto del mundo) volaron en minutos y con filas de más de 500.000 personas en las 3 fechas anunciadas en el país, ilustran un cambio de ciclo en la industria musical: la venta de entradas se adelanta más de un año, se agota en cuestión de segundos y los precios fluctúan según la demanda.
Daniel Delmás, profesor de Protocolo de la Universidad Europea de Valencia, subraya que “anunciar un show con tanta antelación beneficia sobre todo al artista. Consolida la promoción del álbum, permite afinar la logística y garantiza la venta total en lugares con gran capacidad de alojamiento y transporte”.
Desde la óptica del marketing, José Luis Elejabeitia, profesor de Publicidad y de Marketing de la Universidad Europea de Canarias, explica que el ticketing “ha pasado de ser una simple transacción a convertirse en un ejercicio de performance marketing en tiempo real”.
Plataformas y promotoras cruzan CRM con IA para lanzar preventas hipersegmentadas, liberar cupos en fases y maximizar el FOMO (miedo a estar ausente) mediante mensajes de escasez (“últimas entradas”, “exclusiva para fans”).
Esta táctica, combinada con algoritmos de recomendación de Spotify, TikTok o Apple Music, convierte cada fecha en un acontecimiento transmedia que el público siente que no puede perderse, pero también multiplica la presión en las colas virtuales y eleva la frustración de muchos usuarios que perciben el proceso de compra como una carrera contrarreloj.
La reventa y las colas virtuales generan frustración, pero también abren un debate sobre la sostenibilidad del modelo.
Elejabeitia aboga por “más transparencia en fases y precios, límites de entradas por usuario y soluciones tecnológicas, como blockchain o biometría, que frenen bots y la especulación.
Del más coincide en que “la experiencia del fan empieza en la compra; si el proceso se percibe como injusto, la reputación del artista y de la ciudad anfitriona se resiente”.
Para ambos expertos de la Universidad Europea, el futuro del directo pasa por equilibrar ingresos y equidad: precios dinámicos, paquetes VIP y experiencias premium seguirán creciendo, pero deberán convivir con políticas de acceso social que mantengan la diversidad del público.
Sólo así, concluyen, “cada entrada será un dato valioso para el promotor, un ingreso justo para el artista y, sobre todo, una promesa cumplida para el fan”.