Servicios y consumo sostienen el repunte
La economía colombiana creció 2,9% en el segundo trimestre de 2025
Colombia cerró el segundo trimestre del año con un crecimiento económico de 2,9% anual, una cifra que confirma el lento pero constante proceso de recuperación tras un 2024 marcado por la desaceleración.
El resultado, divulgado esta semana, estuvo levemente por encima de las expectativas del mercado y refleja que el consumo privado y los sectores de servicios continúan siendo el motor que mantiene a flote la actividad productiva.
Los datos revelan que la economía empieza a ganar tracción en un contexto de reducción de la inflación y de bajas graduales en las tasas de interés, aunque persisten retos estructurales que limitan la velocidad de la recuperación.
Servicios y consumo, protagonistas del crecimiento
El dinamismo del segundo trimestre se explicó en buena medida por el comportamiento de los servicios sociales, recreativos, de entretenimiento y transporte, que aportaron más de la mitad del crecimiento del PIB.
La reactivación de eventos masivos, el turismo interno y el gasto en cultura y entretenimiento marcaron un contraste con el año anterior, cuando la inflación alta y la pérdida de poder adquisitivo habían restringido el consumo.
El consumo privado creció 3,1% anual, apalancado en una moderación de los precios de alimentos y en el mayor acceso al crédito de consumo tras las primeras reducciones en la tasa de intervención del Banco de la República.
Sin embargo, el informe advierte que este repunte aún se concentra en los hogares de ingresos medios y altos, mientras que la base de la pirámide continúa afectada por la informalidad y el estancamiento de los ingresos reales.
Sectores rezagados: construcción y manufactura
En contraste, sectores como la construcción y la industria manufacturera siguen mostrando señales de debilidad. La construcción reportó una contracción de -2,4% anual, especialmente en vivienda nueva, golpeada por la baja demanda y las dificultades de financiación.
La manufactura apenas creció 0,8%, con retrocesos en ramas intensivas en exportación como la producción de químicos y metales.
La minería y los hidrocarburos, tradicionalmente clave para la balanza de pagos, se mantuvieron planos, afectados por los precios internacionales y por la reducción en la exploración.
Esto plantea un reto adicional en términos fiscales, dado que los ingresos petroleros siguen siendo una fuente relevante de recursos para el Estado.
Vocería: Bancolombia proyecta cautela
Para Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, de Bancolombia, el resultado es una señal positiva, pero aún insuficiente frente a las necesidades de la economía.
“Estamos viendo una economía que empieza a reaccionar gracias al alivio en las condiciones financieras y a la resiliencia del consumo. Sin embargo, los sectores productivos todavía enfrentan retos estructurales, y eso limita la posibilidad de un crecimiento sostenido por encima del 3%”, afirmó.
Clavijo destacó que la recuperación se siente más en el consumo que en la inversión. “Mientras los hogares empiezan a gastar un poco más, las empresas siguen siendo cautelosas con nuevas inversiones. Esto podría cambiar en 2026 si se consolida la baja de tasas y mejora la confianza empresarial”, explicó.
Riesgos hacia el cierre de 2025
El informe de Bancolombia señala que, aunque la inflación ha descendido hasta niveles cercanos al 5% anual, existe el riesgo de un repunte hacia finales del año debido a factores climáticos y ajustes en tarifas de servicios públicos.
A esto se suma la incertidumbre política alrededor de las reformas en curso, que podrían afectar la confianza de inversionistas y consumidores.
El mercado laboral, aunque estable, sigue marcado por la informalidad, que alcanza al 57% de los ocupados. Este fenómeno limita la capacidad de transmisión del crecimiento hacia mejoras en ingresos reales y seguridad social, lo que puede frenar la expansión del consumo en los estratos bajos.
Proyecciones: entre la cautela y el optimismo
De cara al segundo semestre, Bancolombia mantiene su proyección de crecimiento para 2025 en 2,8%, lo que implicaría una ligera aceleración en la segunda mitad del año.
Para 2026, el panorama es más optimista: el PIB podría expandirse hasta 3,5%, si se consolidan la baja de tasas de interés y la estabilidad de precios.
“Vemos señales de que lo peor ya pasó, pero todavía falta recorrer un camino para hablar de una recuperación sólida. Colombia necesita apuntalar sectores como la construcción y la industria, que son grandes generadores de empleo, para que el crecimiento sea más inclusivo”, concluyó Clavijo.
Un repunte que debe consolidarse
En síntesis, el segundo trimestre de 2025 confirma que la economía colombiana se encuentra en fase de reactivación, con el consumo privado y los servicios como sus pilares.
No obstante, la debilidad en sectores estratégicos, el riesgo inflacionario y la informalidad laboral siguen siendo factores que impiden un despegue más acelerado.
El reto para la política económica será mantener el equilibrio entre estimular la demanda y garantizar sostenibilidad fiscal y productiva.