Walter Bedoya, un taller de mecánica a paso de escarabajo

Hablar con Don Walter, es como recurrir a la sabiduría de los abuelos. Su voz pausada y tranquila, sus comentarios desprovistos de cualquier libreto y el amor que traspasa las palabras, son el marco perfecto para esta historia de emprendimiento.

Don Walter es nuestro invitado de hoy a “Mi talento es negocio” un encuentro con valientes vallecaucanos que siguen llevando hacia el éxito sus emprendimientos, generando empleo y fortaleciendo el tejido empresarial de este departamento, del Valle del Cauca.

Viene de una familia humilde y trabajadora de Risaralda, de Tierradentro. Creció en una finca entre montañas, las mismas que no fueron impedimento para estar cerca a lo que siempre quiso y soñó, los carros.

Cuenta como un día su papá siendo muy pequeños los sentó a él y a su hermano en sus rodillas y les preguntó: ¿Y ustedes que quieren ser en la vida? Y su voz tierna y aún de niño dijo sin titubear… “Yo quiero ser mecánico”.

Don Walter trabaja desde los 14 años y fue a los 17 cuando llegó a Cali y empezó a trabajar en el taller de Peter Niesen, el alemán que un día trajo los escarabajos a Cali.

Fueron 15 años a su lado que le enseñaron la rigurosidad y la disciplina en el trabajo, además de la honestidad y la responsabilidad con la que repara cada vehículo que entra a su taller.

Don Walter se ha preparado y ha realizado estudios que han complementado de manera perfecta su conocimiento empírico. Desde el día que decidió emprender ese ha sido su sello, ese mismo que lo llevó a ser exitoso y reconocido especialmente cuando de escarabajos Volkswagen se trata.

A él no hay que preguntarle que le gusta, porque cada palabra y cada expresión de su alma responden a todo grito, la mecánica.

Sabe que no es fácil encontrar mano de obra calificada que se ajuste de manera adecuada al trabajo que demanda un escarabajo, pero aunque no le es fácil encontrar mecánicos, está tranquilo porque él es el gran responsable de que estos vehículos rueden con la perfección de su trabajo por las calles de la ciudad. Como dice el mismo “A mí me fascina la mecánica de estos carritos, aquí estamos a la orden para quienes tengan escarabajo”.

Don Walter fue beneficiario de los recursos que entregó a los empresarios ValleINN y hoy es el testimonio de cómo estos son la prueba de que las entidades públicas y privadas si son un apoyo importante para el desarrollo empresarial de la ciudad.

Su sabiduría y convicción por lo que quería ser y hacer lo han llevado a ratificarse como un empresario con mucha tenacidad y esfuerzo.

Hoy traemos su historia como un testimonio de vida y se convierte en modelo para las nuevas generaciones de emprendedores que se inspiran en historias honestas y comprometidas como la de Don Walter, un mecánico que siempre dejará huella.

Comments