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Las jugadas que realmente definirán el Mundial 2026

lunes 22 de diciembre, 2025

Por Fernando Garzón – @fergarzon

Con el Mundial de Fútbol 2026 cada vez más cerca —que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá—, el evento se perfila como mucho más que una competencia deportiva.

Con un nuevo formato de 48 selecciones y más de 100 partidos, la Copa del Mundo será un fenómeno cultural, mediático y comercial sin precedentes, especialmente para América Latina, una de las regiones más apasionadas por este deporte.

Estudios como El Marcador del Consumo 2026, presentado por Publicis Groupe Perú, permiten entender cómo un evento de alta carga emocional impacta las decisiones, rutinas y hábitos de consumo.

Aunque el análisis se centra en Perú, sus conclusiones reflejan tendencias claras que atraviesan a toda la región y que las marcas deben tener en el radar de cara a 2026.

Uno de los datos más relevantes es que el 95% de las decisiones cotidianas están influenciadas por las emociones, una cifra que explica por qué el Mundial actúa como un poderoso detonante de consumo.

En América Latina, donde se concentra cerca del 58% de los fanáticos del fútbol a nivel mundial, la conexión emocional con el torneo convierte cada partido en una oportunidad para generar vínculo, conversación y preferencia de marca.

El consumo previo y durante el Mundial también muestra patrones regionales claros.

Los hogares latinoamericanos tienden a invertir en mejorar su experiencia de visualización, impulsando categorías como electrodomésticos, tecnología, alimentos y bebidas.

A esto se suma el crecimiento del delivery, las apps de movilidad y el comercio digital, que se activan antes, durante y después de los partidos, acompañando los nuevos rituales de consumo.

Pero el Mundial 2026 no se vivirá solo frente al televisor. La experiencia es cada vez más multiplataforma. El estudio revela que más del 70% de los usuarios sigue los partidos con una segunda pantalla, mientras comenta en tiempo real a través de redes sociales, WhatsApp o plataformas de streaming.

A nivel regional, los video-reacts, podcasts deportivos y contenidos creados por fans se consolidan como espacios de compañía emocional, donde la conversación muchas veces pesa más que el resultado del partido.

Este cambio redefine el rol de las marcas. Ya no basta con pautar o patrocinar: hoy deben integrarse de forma auténtica a la conversación, entendiendo los distintos perfiles de hinchas.

Desde los más apasionados hasta los que viven el Mundial como una experiencia cultural y social, la segmentación se vuelve clave para construir mensajes relevantes y personalizados.

Otro aprendizaje fundamental es que el Mundial no se vive con la misma intensidad en todos los países.

Mercados altamente futboleros como Brasil o Argentina reaccionan desde la pasión histórica, mientras que otros se activan más por el hype, la tendencia y la conversación social.

Esta diversidad obliga a las marcas a diseñar estrategias flexibles, capaces de adaptarse a distintos niveles de emoción y expectativa.

De cara a 2026, la gran lección es clara: el Mundial es una plataforma emocional colectiva.

Las marcas que logren ‘levantar la copa’ no serán necesariamente las que más inviertan, sino las que mejor entiendan cómo conectar con audiencias que ya no solo miran el fútbol, sino que lo viven, lo comentan y lo amplifican en tiempo real.


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