Análisis económico de Anif

¿Por qué el peso colombiano se fortalece si la economía está en alerta?

Foto: Archivo Diario Occidente
jueves 17 de julio, 2025

Contra todo pronóstico, el peso colombiano se ha apreciado un 10,2% frente al dólar en lo corrido del año.

Esta valorización ha sorprendido a los analistas, sobre todo porque se da en medio de un contexto local marcado por la incertidumbre fiscal, el aumento del riesgo país y la reciente degradación de la calificación crediticia por parte de Moody’s y S&P.

La respuesta no está tanto en los fundamentos internos de la economía, sino en el debilitamiento global del dólar.

Según el más reciente informe de ANIF, el índice DXY —que mide el valor del dólar frente a una canasta de monedas fuertes— ha caído 9,9% en lo que va de 2025, su peor desempeño en un primer semestre desde 1973, cuando EE.UU. abandonó el patrón oro de Bretton Woods.

La principal causa: la política fiscal y arancelaria de la administración Trump, que ha desatado nuevas tensiones comerciales y geopolíticas desde abril, fecha que el mercado ha bautizado como el “Día de Liberación”.

Desde entonces, el DXY se ha desvalorizado 5,1%, alcanzando mínimos no vistos desde 2022. En paralelo, los bonos del Tesoro a 10 años —considerados refugios seguros— también han perdido valor (8,7% en lo que va del año), lo que sugiere una pérdida de confianza estructural en el dólar estadounidense.

En ese entorno, monedas de economías emergentes con tasas de interés altas, como el peso colombiano, se han beneficiado por el “carry trade”, una estrategia de inversión en la que se toman préstamos en monedas con tasas bajas (como el dólar) para invertir en activos denominados en monedas con mayores retornos.

Así, el atractivo relativo del peso colombiano ha aumentado, a pesar de sus riesgos internos.

Alertas encendidas

Pero esta fortaleza cambiaria no debe interpretarse como un signo de buena salud macroeconómica.

Al contrario, Anif advierte que el mercado cambiario ha dejado de reflejar el deterioro fiscal del país.

Las señales de alarma siguen encendidas en otros activos: la prima de riesgo medida por el EMBI se ha ampliado 7% en lo que va del año, uno de los mayores aumentos en América Latina.

Y la deuda pública ha sufrido desvalorizaciones importantes: los TES a 10 años han perdido 39 puntos básicos, equivalentes a una caída del 3,4%.

Esto indica que, aunque el dólar barato ha disimulado temporalmente las debilidades estructurales de la economía colombiana, los inversionistas siguen castigando la falta de sostenibilidad fiscal por otras vías.

El deterioro de las cuentas públicas, reflejado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), y la activación de la cláusula de escape de la regla fiscal han encendido las alertas.

Las agencias calificadoras ya reaccionaron, y el mercado de deuda lo está resintiendo.

“La apreciación del peso no se debe a un milagro económico colombiano, sino a un debilitamiento global del dólar”, advierte el análisis.

“La percepción de riesgo país sigue siendo alta y el entorno internacional es cada vez más volátil. El reto será contener los desequilibrios fiscales y recuperar la confianza de los inversionistas”.

En otras palabras, Colombia se encuentra en un equilibrio frágil: un tipo de cambio favorable que no se apalanca en fundamentos sólidos, sino en coyunturas externas volátiles.

Si el viento a favor del dólar se revierte o si la Reserva Federal cambia su tono monetario, el mercado podría reaccionar con brusquedad.

En ese escenario, el peso volvería a reflejar las debilidades internas que hoy parecen invisibles.

Por ahora, el desafío es doble: aprovechar este respiro cambiario para avanzar en correcciones estructurales, y prepararse para un entorno internacional menos benigno.

El fortalecimiento del peso puede ser un espejismo si no se acompaña de una mejora genuina en las cuentas fiscales, la estabilidad institucional y la claridad de las reglas de juego para los inversionistas.

La confianza, una vez perdida, tarda mucho en recuperarse.


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