Agenda suspendida
Padre Chucho sufre intento de secuestro y ataque armado en carretera de Ecuador
La noche del 28 de octubre de 2025, el padre Jesús Hernán Orjuela, conocido popularmente como el padre Chucho, vivió un angustiante episodio mientras se desplazaba por una carretera entre Guayaquil y Quevedo, en Ecuador.
El sacerdote, invitado por una comunidad católica para participar en actividades espirituales, fue víctima de un ataque armado que obligó a suspender su agenda y regresar de inmediato a Colombia.
El hecho ocurrió cuando el vehículo en el que se movilizaba fue interceptado por otro carro del que descendieron al menos siete hombres armados.
Según el relato del sacerdote, los agresores comenzaron a disparar directamente contra su camioneta. La situación obligó al conductor a realizar una maniobra de evasión para escapar del ataque.
A pesar de la gravedad del hecho, ninguno de los ocupantes resultó herido, lo cual el padre Chucho describió como un milagro.
Posteriormente, la policía ecuatoriana tomó control de la situación y escoltó al sacerdote y a su equipo de evangelización hasta un lugar seguro.
De allí se dirigieron al aeropuerto de Guayaquil, donde tomaron la decisión de abandonar el país.
El milagro en medio del miedo
Desde su cuenta oficial, la Parroquia Santuario Divino Niño en Ecuador compartió un mensaje relatando el momento vivido.
Según el comunicado, los atacantes cruzaron su camioneta en la vía, obligándolos a detenerse antes de abrir fuego. La reacción rápida del conductor y la posterior intervención de la policía evitaron una tragedia.
“Gracias a la Misericordia de Dios y nuestra Madre Santísima no nos tocó ninguna bala“, escribió el equipo que acompañaba al sacerdote.
También informaron que, tras el atentado, se cancelaron los eventos religiosos programados, como el Retiro de Esperanza y la Noche Blanca. A quienes ya se habían inscrito, se les ofreció el reembolso inmediato del dinero.
En un video compartido en redes, el padre Chucho expresó su tristeza por no haber podido cumplir con los encuentros planeados. “Me voy con la tristeza en el corazón. Lamento muchísimo lo que ha pasado”, dijo antes de abordar el vuelo de regreso.
Las autoridades ecuatorianas investigan el hecho, que fue calificado como un intento de asalto, secuestro o extorsión.
Por ahora, el caso ha generado preocupación entre la comunidad católica internacional y reavivó el debate sobre la seguridad en algunas zonas del país vecino.