Polémica en Estados Unidos por nueva directriz migratoria
Gobierno Trump ordena negar visas a extranjeros con obesidad y enfermedades crónicas
Una nueva disposición del Departamento de Estado de Estados Unidos generó controversia a nivel mundial luego de que el gobierno del presidente Donald Trump emitiera una directriz que instruye a los consulados a considerar la obesidad y otras condiciones médicas crónicas como criterios para negar visas de inmigrante y no inmigrante.
La medida, firmada por el secretario de Estado, Marco Rubio, establece que los funcionarios consulares deberán evaluar si los solicitantes presentan padecimientos como obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes o trastornos metabólicos y mentales.
Según el documento, estas condiciones podrían representar un “riesgo de carga pública” para el sistema de salud estadounidense, justificando la negación de visas por razones médicas y financieras.
Cambio en política migratoria
Hasta ahora, los controles médicos aplicados a quienes buscan ingresar al país se enfocaban en enfermedades transmisibles con riesgo para la salud pública.
La nueva directriz amplía de forma significativa este enfoque, al incluir padecimientos no contagiosos y condiciones mentales, lo que amplía el margen de discrecionalidad de los consulados.
El texto oficial argumenta que “ciertas afecciones médicas —entre ellas, enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes, enfermedades metabólicas, neurológicas y trastornos mentales— pueden requerir atención médica por valor de cientos de miles de dólares”.
La obesidad, en el centro de la polémica
El punto más controvertido de la medida es la inclusión de la obesidad como un factor determinante para denegar visas.
Según el documento, esta condición podría derivar en problemas de salud como apnea del sueño, hipertensión arterial y depresión clínica, generando mayores costos para el sistema de salud.
El Departamento de Estado instruyó a los consulados y embajadas de todo el mundo a aplicar estos criterios desde el 6 de noviembre, ampliando los controles más allá de los casos de enfermedades infecciosas.
Con esta decisión, el gobierno estadounidense busca endurecer el ingreso de extranjeros y restringir la inmigración bajo nuevos parámetros de salud pública.
Reacciones y críticas internacionales
La disposición provocó rechazo de organizaciones médicas, defensores de derechos humanos y sectores políticos que la califican como una forma de discriminación sanitaria.
Argumentan que la obesidad y las enfermedades crónicas no deben ser motivo de exclusión migratoria, sino de atención médica y políticas públicas preventivas.
Cerca del 40 % de la población estadounidense es obesa, lo que hace aún más controversial la aplicación de un criterio que, según los críticos, estigmatiza a millones de personas en el mundo que viven con esta condición.