Un colectivo con Z de paz

Pazajeros Teatro: siete años llevando escena y memoria a las laderas de Cali

jueves 30 de octubre, 2025

En 2017, un año después del plebiscito por el acuerdo de paz en Colombia, nació en Cali un colectivo artístico que no solo le apostó al teatro, sino también a la memoria, el territorio y la comunidad.

Se llama Pazajeros, con Z, en referencia directa a la paz, y fue fundado por Francisco Domínguez y Diana Carolina Mendoza.

Desde entonces, este grupo trabaja desde las laderas de la ciudad para construir escenarios simbólicos que permitan reflexionar sobre las realidades barriales.

Francisco Domínguez, licenciado en ciencias sociales y egresado del Instituto Popular de Cultura ,IPC, combinó sus estudios teatrales con una maestría en estudios urbanos.

Esa mezcla de formación lo llevó, junto a su compañera, a repensar el arte no solo como expresión, sino como herramienta pedagógica y transformadora.

Fue durante una investigación comunitaria en el corregimiento La Leonera, sector Tanque Tres, cuando decidieron devolverle a la comunidad lo aprendido, no con cifras, sino con obras.

Así empezó la historia de Pazajeros, una agrupación que entendió que el teatro también puede habitar las esquinas, los callejones y las casetas comunales, y que las voces de niños y jóvenes pueden ser dramaturgia cuando se les escucha.

Escenarios en la periferia

Aunque el colectivo nació con una intención de trabajo en instituciones educativas, fue en los barrios donde encontró su mayor potencia.

Desde hace siete años, Pazajeros viene creando obras que parten de procesos de memoria, historias locales y fenómenos sociales.

Su repertorio incluye producciones desarrolladas tanto por el grupo base —conformado por artistas como Valentina Cárdenas y Dubán Meneses— como por niños, niñas y jóvenes de diferentes sectores.

Una de sus obras más emblemáticas es Luces de periferia, que cumple cinco años desde su estreno y se presentará el 8 de noviembre en el Teatro Salamandra.

La obra parte de una investigación sobre asentamientos informales en Cali y los narra desde el realismo mágico.

Otra producción, El ocaso de Temis, aborda los incendios forestales en los Farallones, un montaje con títeres que mezcla símbolos como el Fénix y la Nube para explicar el impacto del fenómeno de El Niño y La Niña.

Además, la obra Retrazos se enfocó en la comunicación no violenta en escuelas de las comunas 18, 20 y del sector de Alto de Menga.

Esta trilogía refleja el trabajo del colectivo como creador de contenidos escénicos, pero también como articulador de dinámicas pedagógicas con enfoque comunitario.

Historias contadas por quienes las viven

El proceso más particular de Pazajeros es el que involucra directamente a niños y jóvenes del sector Tanque Tres. Allí, el colectivo montó obras surgidas completamente de las ideas y experiencias del grupo.

Memorias del fuego, basada en cuentos de Galeano, fue el primer ejercicio. Le siguieron Gota de agua, una reflexión sobre la escasez e inundación en épocas extremas, y Una nueva amistad, inspirada en un cuento sobre discriminación y diversidad.

En 2024 presentaron La casa de las cometas, una historia sobre la pérdida de un espacio donde los niños solían volar cometas, ahora cerrado por razones ajenas a ellos. Estas obras no siguen una dramaturgia clásica.

Nacen del juego, la improvisación, el reconocimiento del territorio y, sobre todo, de la escucha atenta.

Durante los talleres, los facilitadores no solo enseñan técnicas teatrales, sino que generan espacios de confianza.

Bajo el lema “me cuido y cuido al otro”, los participantes comparten sus vivencias y construyen, poco a poco, piezas que terminan siendo presentadas en encuentros comunitarios, junto a otras agrupaciones.

Teatro como reparación y esperanza

El colectivo adopta el enfoque del teatro del oprimido, pero con un matiz local que adapta estas teorías a la realidad de Cali. Francisco Domínguez lo resume como “una apuesta por transformar la desesperanza en esperanza, y por ver el escenario como un espacio donde es posible imaginar otros mundos”.

Cada montaje es también un ejercicio de memoria barrial. Se reconoce el pasado del territorio, se reflexiona sobre los conflictos y se crean propuestas que permiten practicar nuevas formas de convivencia.

El teatro no como espectáculo, sino como proceso: una herramienta de pedagogía social.

Además, el colectivo participa activamente en la Red de Teatro Comunitario de Cali, que agrupa a más de 15 colectivos ubicados en las periferias de la ciudad.

Esta articulación les permite compartir experiencias, formarse de manera conjunta y sostener sus procesos en medio de contextos adversos.

¿Cómo sumarse al proceso?

El colectivo no realiza audiciones formales. Quienes estén interesados pueden contactarlos a través de sus redes sociales @pazajerosteatro en Instagram o Pazajeros colectivo pedagógico y teatral en Facebook.

Allí también comparten información sobre funciones, talleres y alianzas.

Además, invitan a explorar el mapa de teatro comunitario de Cali, donde se pueden encontrar otras agrupaciones cercanas a los distintos barrios.

Desde Expressarte en San Luis hasta Casa Naranja en el Poblado, la red ofrece múltiples opciones para quienes buscan involucrarse en el arte desde una perspectiva transformadora.

También recomiendan instituciones como el IPC o Bellas Artes, para quienes deseen estudiar teatro de manera profesional.

Próxima función: 8 de noviembre

El colectivo celebrará los cinco años de Luces de periferia con una función especial en el Teatro Salamandra. La obra, recomendada para todo público, tiene un valor de entrada de $30.000 pesos.

Las boletas pueden reservarse a través de las redes del colectivo o directamente en la sala.

Se trata de una pieza que mezcla humor y crítica social, con elementos del realismo mágico y una narración que lleva al espectador por las realidades de quienes construyen sus hogares en las laderas de Cali. Una oportunidad para conocer otra cara de la ciudad y para apoyar el arte comunitario.


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