25 años de impunidad
25 años de impunidad, una palabra que tristemente parece ser el común denominador en un país donde cerca del 87% de los crímenes se quedan sin acciones condenatorias.
Son 25 años los que pasaron desde el asesinato de uno de los últimos periodistas más mordaces y ácidos del contexto colombiano.
Son 25 años desde que ocurrió el asesinato de Jaime Garzón y ya van 25 años sin respuestas más allá de algunos pocos avances sobre los autores intelectuales del magnicidio, el cual fue perpetrado y confesado por alias Don Berna hace algunos años.
Sin embargo, hoy 25 años después aún los colombianos nos preguntamos ¿Quién fue el instigador intelectual del crimen?¿a quién le convenia acallar a la crítica?¿quien se sintió tan incomodo para tomar esa drástica decisión?¿qué hay detrás de este hecho en el cual algunos indicios parecen apuntar a que fue un crimen de Estado orquestado desde muy altas esferas del poder?
Jaime Garzón contaba con una facilidad de comunicación de sus ideas a través del humor político, pero era especialmente sobresaliente en su capacidad de leer el contexto y los actores que jugaban en él, tanto así que algunos de sus reflexiones aún siguen vigentes al día de hoy.
Este como muchos otros crímenes parece haber quedado en la impunidad, a pesar de la constante solicitud de justicia de muchos sectores del país, pero que, a su vez, tal vez por la complejidad de sus involucrados, parece que duerme en el archivo de los entes investigadores.
En este espacio quiero darle todo mi reconocimiento a la valiente labor de los periodistas, en este, un país peligroso para esta profesión, en el cual desde el crimen de Garzón, han asesinado hasta hoy, 98 comunicadores, con todo lo que esto trae y afecta a la democracia.
El periodismo es fundamental para el buen desarrollo social del país, de la democracia, pues es allí donde muchas veces la verdad tiene su último bastión.
Claro, hay que decirlo y no podemos tapar el sol con un dedo, también en Colombia existe el periodismo tergiversador e irresponsable, pero hoy Colombia debe reconocer a esos cientos de profesionales de los medios de comunicación del orden nacional, regional y local, que día a día apuestan por construir país.
Ya son 25 años desde la desaparición de Garzón, esperemos que en los próximos 25 años no desaparezca el periodismo verdadero, crítico, mordaz, de control social y político y que a través de su buen ejercicio se construya país para que, de una vez por todas, dejemos atrás todas las sombras que han caído sobre esta noble profesión.