Abogados vilipendiados
Suelen vilipendiar a los abogados responsabilizándoles de las crisis de la justicia, cuando las verdaderas causas están en leyes que lesionan derechos fundamentales.
La ley es principal, entre las fuentes formales del derecho: ley, jurisprudencia, doctrina, tratados internacionales y costumbres sociales.
Los abogados formados con teorías puras, seguramente cuando egresen de los claustros universitarios perciban que es otra la realidad sociopolítica con leyes convertidas en obstáculo del cambio social. Se defraudarán cuando al debutar con sus demandas vean que su profesión no está fortalecida por leyes universales y fundamentos de justicia, sino desprestigiada por normas que protegen injustos intereses.
¿Los litigantes debutantes qué pensarán de la ley y de la jurisprudencia, cuando oigan noticias sobre legisladores corruptos, carteles de la toga y vencimientos de términos? No niego que haya abogados contratados por prestantes personajes para comprar falsos testimonios.
Anteriormente para diagnosticar la justicia en Colombia sólo señalaban cuántos abogados requería el país por número de habitantes y dónde faltaban jueces promiscuos; ahora quieren demostrar la eficacia del Estado sometiendo con más pruebas a los recién egresados para entregarles su tarjeta profesional.
El problema de la injusticia no se soluciona con más filtros: evaluaciones en las cátedras, prácticas en consultorios jurídicos, aprobación de tesis, exámenes preparatorios de graduación, Pruebas ICFES Saber Pro (ECAES) y, ni más faltaba: ¿pruebas post-título? Más filtros, en vez de garantizar justicia, transparencia y eficacia, es muestra de desconfianza del Estado ante la autonomía universitaria y la ética de los abogados.
Que no vilipendian más a los abogados, ellos nada pueden hacer para salvar el derecho colombiano, los legisladores son responsables de la justicia y de las injusticias.