Agradeciendo el año

Carmiña Navia Velasco

Llegamos al final de un año movido y complejo. Múltiples violencias, atropellos y deshonestidades en Colombia y lo que es más grave, en todo el mundo que parece querer caminar hacia el infierno.

Quiero, sin embargo, cerrar estas columnas con una palabra esperanzadora y agradecida hacia el futuro.

Si miramos a nuestro alrededor y si vemos un poco más allá de los grandes titulares de prensa, la vida de la humanidad transcurre por corredores de amor y solidaridad permanente.

Esas energías y corredores son los que precisamente sostienen esa VIDA en este planeta, hacen posible la esperanza y construyen el mundo en cada nuevo amanecer.

Las madres que desvelan sus noches al cuidado de sus pequeños hijos para permitirles crecer.

Las enfermeras, médicos y todo el personal de salud que entregan 24 horas su solidaridad con los enfermos y que con su milagro del amor gestan resurrecciones permanentes.

Las mujeres que albergan en el seno de sus familias y en el ámbito de sus brazos todo el amor del mundo.

Los hombres y mujeres de ciencia y de enseñanza que se ocupan de preparar a otros y otras para situarse ante los retos del mañana y del hoy. Que transmiten con generosidad sus propias búsquedas.

Las amigas y vecinas que están siempre dispuestas a entregar un más de su tiempo, su ternura, su sororidad para apoyar a quien lo necesita.

Los hombres y mujeres que cuidan nuestro albergue: la tierra, madre nutriente.

Los y las líderes que se entregan a causas de bienestar y de justicia para todos y que entregan sus días para la gestación de un mundo diferente.

Los y las políticas honestos/as que tratan de cuidar el bien común y llaman con sus palabras a la unidad y la colaboración cívica educando en medio de sus tareas.

Los gobiernos que desde una honestidad radical buscan para sus ciudadanos la mejor ruta para el cada día.

Los comunicadores que más allá de la noticia se entregan a la ruta de la formación y los criterios sustentados.

Los artistas que con sus energías y su creatividad despiertan sensibilidades e imaginarios y contribuyen a diseñar mañanas.

Los y las poetas que entregan su palabra al develamiento del ser, a la búsqueda de sus profundidades.

Las iglesias, las líderes y los líderes espirituales y religiosos que en sus búsquedas del Misterio y la Divinidad abren los panoramas de la verdad y el bien para toda la humanidad sin excepciones, sin moralismos, sin condenas.

Las amigas y amigos que con su solidaridad y sus consejos sostienen en sus medios y en sus grupos los caminos del bien y la hermandad.

Tantos y tantas miles y anodinos que tejen cada día de su vida el amor y entregan sus minutos en la apuesta de una sociedad para todos y todas.

Listas interminables que no podemos construir en el espacio de una columna de opinión.

Por todos ellos y ellas agradecemos en este año lo que hemos recibido.

Felices fiestas y en Enero, seguimos caminando.

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martes 23 de diciembre, 2025

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