Año nuevo: ¿será mejor cambiar de trabajo?

Jaime Alberto Leal Afanador

En época de regreso a las actividades laborales tras las vacaciones de fin de año, usted ¿siente alegría de volver al trabajo y reencontrarse con compañeros y proyectos o, por el contrario, está desmotivado, aburrido y piensa que madrugar, ir a esa oficina y “entregar” su tiempo a su empleador es un castigo inmerecido ?

No somos inmunes a estos pensamientos.

Al fin y al cabo el trabajo nos demanda gran parte de nuestro tiempo y responde, o no, a nuestras necesidades y expectativas.

Cuando éste se identifica con nuestro proyecto de vida, damos gracias por tenerlo, pero si nuestro sueño es diferente, la rutina, la disciplina, el salario, la distancia, la oficina, los compañeros… se convierten en excusa y obstáculo para llevar otra vida laboral.

Es cuestión de actitud.

Hasta el trabajo más duro, estresante y exigente puede ser positivamente valorado por quien considera que contribuye a su crecimiento, mientras que una actividad flexible, mejor paga y con muchas libertades puede ser subestimada por quien estima que sus habilidades, salario, proyección o aprendizaje no se compadecen con el tiempo destinado a ello.

Son decisiones personales que marcan el presente y futuro personal y también el bienestar de la familia e, incluso, la productividad y confort de los compañeros de trabajo.

Continuar o cambiar de trabajo debe ser resultado de un responsable análisis de posibilidades, oportunidades, ganancias y riesgos.

Para contribuir con dicho análisis, le invito a considerar estas ideas claves:

1) Más allá de sus múltiples consideraciones (salario, horario, jefes, labores, informes…) todo trabajo es una bendición para quien lo tiene.

Hay millones de personas que darían lo que fuera por tener uno.

2) La mayoría de los trabajadores anhela mejores condiciones y un mayor reconocimiento.

Hasta quienes cambian de trabajo y mejoran salario, cargo y otras condiciones, piden más cosas después de un tiempo.

3) Además de evaluar si está satisfecho o incómodo con su trabajo actual, pregúntese cómo valoran su trabajo su empresa y sus compañeros, y qué opinarían ellos de que Usted desee retirarse.

4) Así como hay personas que destruyen la confianza dada por la empresa que las contrató, hay organizaciones que no son dignas de tener a ciertos valerosos empleados.

Cuando las diferencias son insalvables y atentan contra los principios básicos del respeto, la ética y la paz, lo mejor es acabar la relación contractual.

5) Independientemente de si se decide continuar o cambiar de trabajo, todo colaborador siempre debe tener como propósito mejorar y formarse más.

6) Valore positivamente la calidad de su trabajo, pero mantenga los pies en la tierra.

Detrás suyo hay muchas personas, seguramente mejor cualificadas que Usted, que pueden reemplazarle.

7) Todo trabajo legal y ético es bueno, contribuye al desarrollo personal y social, y su satisfacción se la proporciona cada trabajador gracias a la dedicación y el sentido que le dé.

8) Ningún trabajo está exento de problemas y dificultades, para la empresa y para el trabajador.

Superarlos es la mejor forma de crecer.

9) Si Usted no está dispuesto a dar “un poco más” de sí mismo a su trabajo, no espere que la empresa le dé más de lo definido en su contrato.

Si decide continuar, dé más, aprenda más, aporte más y crezca más.

Usted, su familia y su empresa se beneficiarán de ello.

Si decide cambiar, recuerde que incluso en los mejores cambios también hay incomodidades.

10) Finalmente, cambiar de trabajo no es la solución inmediata y definitiva a las expectativas y al éxito.

Solo la constancia, el estudio, el compromiso, la disciplina, el respeto, la creatividad, el trabajo en equipo y la afinidad con la organización que le contrata, le ayudarán a trazar el camino deseado.

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martes 14 de enero, 2025

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