Apuesto a la paz

Alejandro Ocampo

La semana pasada el país recibió con beneplácito la noticia de la liberación de Luis Manuel Díaz -padre del futbolista del Liverpool y de la Selección Colombia, Luis Díaz- quien había sido secuestrado el 28 de octubre en Barrancas, La Guajira, por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Este secuestro, que ha conmocionado al mundo entero, pone sobre la mesa el interrogante de qué viene en los diálogos de paz con el ELN. Y es que el Gobierno y la guerrilla acordaron hace tres meses un alto el fuego, que inició el 3 de agosto y está pactado para tener una vigencia de 180 días.

Por eso, resulta injustificable que el ELN haya cometido este secuestro. Pues el decreto del cese al fuego indica que está prohibido cometer crímenes que vayan en contral del Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1997, como “el homicidio, la toma de rehenes, la violación, el desplazamiento forzado o el reclutamiento de menores”.

De hecho, el ELN se había comprometido explícitamente a respetar las libertades personales y con este tipo de acciones, genera desconfianzas sobre su compromiso con la búsqueda de la paz. No hay duda de que en el quinto ciclo de diálogos, que se llevará a cabo en las próximas semanas en México, el secuestro debe ser el tema central.

Celebro que el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, así lo haya manifestado tras la liberación de Luis Manuel Díaz cuando anunció que la delegación “exige desde ya, y exigirá en la próxima reunión con la delegación del ELN, que cada una de las personas que esta organización tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata”.

Y es que es necesario que el ELN se comprometa a dejar de secuestrar definitivamente. La sociedad colombiana no está dispuesta a tolerar más esta práctica. La retención de seres humanos con el fin de cobrar por su libertad, como una fuente de financiación vulnera el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y cualquier sentido de humanidad.

Sin embargo, este momento álgido por el que atraviesan las negociaciones con el ELN no pueden constituirse en una barrera para alcanzar la paz total con la que está comprometido el presidente Gustavo Petro y por la que apostó Colombia el 19 de junio de 2022.

En medio de la degradación del conflicto armado en nuestro país, seguimos insistiendo en la paz como el único camino posible para alcanzar la reconciliación entre colombianos. Nos negamos a creer que la guerra es nuestro único destino, nos merecemos mucho más como hijos de esta tierra. Como sociedad nos merecemos otra oportunidad. Por eso, yo apuesto a la paz.

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martes 14 de noviembre, 2023

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