Asedios a la poesía

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Es diferente llevar al cine una narración literaria, que hacerlo con el género lírico, más cuando se habla de un poeta en circunstancias familiares y sociales particulares.

Tomar una novela y escribir un guion para un filme homónimo suscita varias discusiones, lo califican de malo cuando desdibuja el estilo del escritor, o al contrario, bueno porque guarda fidelidad narrativa, aunque literatura e imágenes sean lenguajes diferentes.

Eso sucedió con “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez y con “Delirio” de Laura Restrepo. Ahora, el filme “Un poeta”, asedia a la poesía, como apuesta fílmica del cineasta Simón Mesa Soto, galardonada en el Festival de Cannes y que en las salas empieza a recibir merecidos aplausos.

“Un poeta”, con Oscar Restrepo, no pretende caracterizar a todos los hacedores de versos, sino deslindar al soñador frustrado e incomprendido, mostrar la cruda realidad de los concursos nacionales.

Seríamos injustos si descalificáramos la poesía de Oscar Restrepo, el triste soñador, el poeta ebrio, pero con admirable misión de cultor de versos en las juventudes y profesor que reivindica la lírica en la educación.

Aunque su ídolo es José Asunción Silva, Oscar Restrepo sólo trata de emularlo en su oficio, de igualarlo en el reconocimiento social, porque es incapaz de suicidarse a pesar de las dificultades económicas, incomprensiones sociales y tristezas familiares.

“Un poeta”, mediante imágenes de adolescentes como actores naturales, entrega al público poesía visual.

Era más fácil llevar al cine alguna obra novelística. Pero Simón Mesa Soto prefirió elogiar la dificultad de medírsele al cine con metáforas líricas. Oiga, vaya y vea.

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lunes 1 de septiembre, 2025

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