Bienestar mental para adolescentes, un compromiso en el Valle del Cauca
El 2 de marzo se conmemora el Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes, una fecha que nos invita a reflexionar y actuar frente a los desafíos que enfrentan nuestros jóvenes en materia de salud mental. En el Valle del Cauca, esta problemática ha sido reconocida y abordada por el gobierno departamental a través de diversas iniciativas y programas.
Los adolescentes de nuestra región se enfrentan a múltiples desafíos que impactan su bienestar mental. Según informes del Concejo de Cali, hasta julio de 2023 se registraron 1.078 intentos de suicidio y 91 suicidios consumados en la ciudad, posicionándola como la tercera con más casos en el país.
Además, un informe del Observatorio de Salud Mental de Cali reveló que, en agosto de 2023, el 20% de los estudiantes presentaban un riesgo alto de problemas de salud mental, el 70% un riesgo medio y solo el 10% un riesgo bajo.
Aunque los datos completos de 2024 aún no están disponibles, esta tendencia subraya la necesidad de atención continua a la salud mental adolescente.
Las principales causas identificadas incluyen en un 33% problemas familiares, 32% conflictos de pareja y 12,5% dificultades económicas.
Estas cifras son preocupantes y reflejan una realidad que no podemos ignorar. La exposición a situaciones de violencia, el consumo problemático de sustancias psicoactivas y los síntomas de ansiedad y depresión son algunas de las problemáticas más frecuentes entre nuestros jóvenes.
Conscientes de la importancia de la salud mental, especialmente entre la población adolescente, la Gobernación del Valle del Cauca ha implementado varias estrategias para brindar apoyo y atención en este ámbito:
Esta línea telefónica 106, que opera las 24 horas del día, es atendida por psicólogos clínicos especializados que ofrecen orientación, intervención en crisis y activación de rutas de atención según las necesidades de los ciudadanos.
Se han desarrollado programas dirigidos a fortalecer la educación emocional en instituciones educativas y comunidades, proporcionando herramientas a docentes, padres y estudiantes para identificar y manejar adecuadamente situaciones que puedan afectar la salud mental de los jóvenes.
A pesar de los esfuerzos realizados, es evidente que persisten desafíos significativos en la promoción y protección de la salud mental adolescente en la región. Para avanzar en este compromiso, propongo las siguientes acciones:
Integrar de manera más profunda y estructurada programas de educación emocional en el currículo escolar, asegurando que todos los estudiantes adquieran habilidades para gestionar sus emociones y enfrentar situaciones adversas.
Incrementar la cobertura de servicios especializados en salud mental, garantizando acceso oportuno y de calidad en todas las zonas del departamento, incluyendo áreas rurales y de difícil acceso.
Implementar programas de capacitación que permitan a educadores y familias identificar señales de alerta temprana y actuar de manera efectiva ante posibles trastornos mentales en adolescentes.
Crear y promover entornos donde los jóvenes se sientan cómodos para expresar sus inquietudes y emociones, facilitando la comunicación abierta y el apoyo mutuo.
El bienestar mental de nuestros adolescentes es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración activa de autoridades, instituciones educativas, familias y la sociedad en general. El gobierno del Valle del Cauca ha dado pasos significativos en este camino, pero es fundamental redoblar esfuerzos y recursos para garantizar que nuestros jóvenes cuenten con el apoyo necesario para desarrollar su potencial plenamente y vivir en armonía.