Cómo leer bien

José David Solís Noguera

En mi experiencia leer en soledad no sólo nos permite leer bien, sino que termina siendo un encuentro con lo otro, donde lo devuelve a uno a la otredad, la de uno mismo o la de quienes puedan llegar a serlo.

Leer bien alivia, cura, mengua y desaparece esos síntomas que nos llegan a cuestionar el cómo y el por qué de la existencia humana. Pero, ¿cómo leer bien? Pues, les cuento que mi vida literaria cambió y transformó su mirada hace unos 20 años cuando llegó a mis manos el libro “cómo leer y por qué” del profesor de literatura de la universidad de Harvard, Harold Bloom.

Ese libro no sólo me hizo ver que para leer bien hay muchas maneras y que no hay mejor método que el propio, sino que con cuidado y minuciosidad me llevó a comprender que la lectura constante y profunda aumenta y afianza por completo nuestra personalidad.

Leyendo conocemos más gente, acercamos cosas que creíamos no podíamos usar y nos preparamos para los cambios universales.

La lectura es el placer más curativo y enriquecedor que podamos tener como seres humanos. Leer no sólo es el acto más responsable y serio para acercarnos a la información del mundo de la ficción, la fantasía o la realidad, sino que nos impulsa, en definitiva, a enriquecer las relaciones entre las personas.

Las maneras en que leemos hoy dependen en parte de cómo nos enseñaron a leer de niños donde la lectura apenas se enseñaba como un juego para darle sentido a la imaginación.

Por eso, resulta clave en nuestras labores familiares, preparar y familiarizar a los niños con los textos con el fin de desarrollar sus capacidades creativas donde poco a poco empiecen a confrontar sus intereses y puedan generar una auténtica actividad de lector.

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sábado 9 de noviembre, 2019

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