“¿Cortina de hierro latinoamericana?”

Hugo E. Gamboa Cabrera

El actual gobierno, empezando por el presidente, cíclicamente, a través de trinos, declaraciones y amenazas veladas, nos trata de lavar el cerebro con la narrativa de que los ricos, o sea el capitalismo, son los causantes del decrecimiento económico del país, del caos y la violencia. Esa es la mayor mentira en la historia de la izquierda en el mundo, con la cual engañan a muchos electores que no tienen la medida cultural necesaria para digerir tamaña tesis “engañabobos”. Está demostrado que el capitalismo es el único sistema que permite, de alguna manera, bienestar y desarrollo. Claro, como en todo, hay defectos y errores por causa de malos gobernantes que se equivocan en sus decisiones que no son tan protuberantes como los que cometen desde el ideológico lado contrario.
Recordemos que terminada la segunda guerra mundial, los aliados, ante el reclamo airado del líder ruso de entonces, Joseph Stalin, igual de sanguinario que Hitler, logró que le cedieran el bloque oriental de Europa, conformando la famosa y triste “cortina de hierro”, en la que cada país empezó a ser gobernado por fichas del “oso” ruso, aplicando, palabras más o menos, las teorías empobrecedoras de Karl Marx, convirtiéndolos en naciones grises, pobres y lamentables, debido, precisamente, a que se dedicaron a asesinar, expulsar y condenar a los ricos que sostenían sus economías. Años después llegaría la “salvación” de esos “conglomerados socialistas” con el renovador Gorbachov, quién con su perestroika y glasnot, concedió la libertad e independencia de Polonia, Checoslovaquia, Yugoeslavia, Ucrania, etc., etc. que cambiaron ese sistema degradante y volvieron a ser capitalistas siendo hoy, gracias a Dios, países con mejores perspectivas sociales y económicas. Tristemente, Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros, cayeron en manos de Nikita Kruschev y Fidel Castro, en época posterior, y también cayeron en esa mal recordada época de Stalin, lo que los colombianos, en gran mayoría, no resistirían. Por el contrario, lo esperado es que el actual gobierno cumpla con la Constitución, la que, sibilinamente, quieren menoscabar en beneficio de una ideología ya conocida que destruiría a una Colombia hermosa que si, tiene problemas que pueden y deben cambiar, no decreciéndola para que haga parte de un eje inútil y perverso.

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sábado 22 de febrero, 2025

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