Cunde el pánico

Hugo E. Gamboa Cabrera

Como colombiano consciente debo reconocer que este joven Iván Duque ha resultado toda una sorpresa agradable como Primer Magistrado de la Nación.

Desde que el mismo Senado de la República lo votó como el mejor Senador de ese organismo, observé, como tantos colombianos, que allí había madera para gobernar.

No la ha tenido fácil en un país que cambió, durante el gobierno anterior, estructuras de orden moral y ético, militar, diplomático, político, por contratos, amén de abultada burocracia mediocre, que se convirtieron en “mermelada” de variados colores y sabores. La nación, anonadada y vilipendiada, con el alma en vilo, temerosa, se resguardaba, pues no veía resquicio que le sirviera de protección ante tanto descalabro jurídico y malintencionado.

Ahora que lo ven dirigiendo con acierto un país con tantos problemas sociales, heredados, y con una pandemia brutal de carácter mundial, salen los señores de la oposición a amenazar con paros y controles políticos, molestos ante la buena imagen ganada a pulso por Duque, porque ven que se les esfuma, una vez más, el poder que tanto ansían para depredarlo y pauperizarlo.

Están desesperados de ver como este gobierno reparte auxilios y a ellos, congresistas mal acostumbrados, no les toca nada, pues la “mermelada” que Santos les dejó en el presupuesto del 2020, Duque decidió dedicarla a protección social y eso es lo que está entregando, duplicado, a los más vulnerables del país.

Por eso están preocupados, porque se han dado cuenta que la opinión nacional ha abierto los ojos y, no está dispuesta a permitir que le sigan metiendo los dedos a la boca.

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domingo 17 de mayo, 2020

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