De las barras bravas y otros demonios

Ray Charrupi

Mi paso como miembro de la junta directiva del América de Cali, me dejó varias enseñanzas sobre algo que nunca acabaré de entender bien, cómo es el fútbol y sus demonios.

Gracias al liderazgo del presidente Oreste Sangiovanny, esta junta logró lo imposible: Sacar al América de la Lista Clinton, que debemos recordar es la lista donde se registran a las personas y entidades con relación directa con el narcotráfico; al estar en la lista Clinton, los EE.UU. le están diciendo al mundo, que no debe tener ningún tipo de trato comercial con la entidad señalada; de manera pues, que el América por estar en esta lista tenía un bloqueo comercial semejante al de Cuba.

Sangiovanny, con su dinero y el de otros verdaderos patriotas americanos, como Osberth Orozco, sacaron a la mafia del América y trajeron caleños sin tacha, los cuales al ser “esculcados” por los gringos, dimos a Estados Unidos la confianza para retirar al equipo de esa lista horrenda. A pesar de haber logrado semejante hazaña administrativa, Sangiovanny fue linchado por no haber logrado sacar al equipo de la B.


    Si bien las críticas a Oreste me parecían injustas e ignorantes, lo que más me generó horror fue una pesadilla llamada “barras bravas”.

    Desglosaré esta columna, para ser práctico y propositivo en lo que son y lo que con voluntad social y política se puede hacer.

    1. Las barras bravas en Cali y Colombia fueron copiadas de Argentina. Son un remedo sin ninguna originalidad, de un mal que hoy padece Argentina. Incluso la estética, conductas, porras y movimientos de las barras colombianas son tan aburridas, sin Swing y sabrosura como las argentinas. Si hubiese algo de creatividad criolla en las barras colombianas, veríamos pintas alegres, escucharíamos melodiosas y armónicas porras cómo somos los colombianos y no el sonsonete tonto agitando la manito boba, coreando: “dale dale dale dale dale”.

    2. Hay que diferenciar entre Hincha y Barrabrava. Hinchada es una subcultura, ósea una parte de la sociedad con conductas que los identifican, sin hacer daño o ir en contra de valores, bienes sociales o la integridad humana; en este caso alentar a su equipo. Barrabrava es actualmente ANTICULTURA, ya que su conducta desemboca en actos contrarios a valores sociales, causando temor generalizado, y lo peor: incurriendo en delitos contra el patrimonio público, privado, la integridad y vida de los ciudadanos.

    3. En Cali no hemos tenido un tratamiento serio o radical contra las barras bravas, y se ha puesto mucho de la responsabilidad en un solo hombre cómo Ruben Valencia, Sargento Primero de la Policia Nacional, quien en mi criterio a pesar de ser el Policía más respetado por la juventud Caleña, es obviamente superado por un problema que ha desbordado la lógica de problemática social para convertirse en un problema criminal de Cali y COLOMBIA.

    4. Un joven entre 14 a 25 años ingresa a una Barrabrava como problema social, debido a ausencia de oportunidades y entorno familiar positivamente influyente, pero la barra es un negocio criminal que se nutre de víctimas sociales. El barrabrava es un individuo que en solitario a pesar de sus problemas no hace daño, pero alentado por la montonera irracional de la barra, deja de ser cobarde para convertirse en violento, vándalo, drogadicto, atracador y hasta asesino.

    5. Las estrategias o proyectos de “barrismo social” no han servido de manera definitiva, y no servirán nunca, ya que no se puede adornar o hacer social a una palabra que hoy ha tomado absoluta connotación criminal. Decir barrismo social es como decir pandillismo social, cartel social, corrupción social, o terrorismo social. Nada que se llame barrabrava tiene mejora o solución. El mejor ejemplo de esto fueron los Hooligans, la primera barrabrava del mundo, y su única solución fue eliminarlos. Eliminar las barras bravas, NUNCA las personas; en Inglaterra se prohibió, persiguió, desarticuló y se eliminó la conducta o barras holligans.

    6. La barras bravas se financian principalmente de las boletas que los mismos equipos de fútbol les entregan bajo amenaza o extorsión, y del microtrafico de drogas como Marihuana, Cocaina y pepas.

    ¿Qué podemos hacer?

    Aunque todas las medidas anunciadas por el Alcalde y la Ministra del Interior (cámaras de reconocimiento facial, carnetización, detectores de armas, etc), ayudan a diminuir la violencia al interior de los estadios, no son suficientes y la razón es porque no se abordado el problema con filosofía y creatividad.

    A. La palabra barra esta maldita y no tiene salvación, ya que convoca a sus agremiados a tener conducta negativa, agresiva o delictiva. Por eso, hay que reconocer y perseguir hasta que sea cosa del pasado la palabra barrabrava, así como fue proscrita en Inglaterra la palabra hooligan.

    B. Se debe fomentar la fanaticada organizada, pero que jamás se denomine barra brava. Si en vez de barra, se les llama fanaticadas, Logias deportivas, etc; estos términos nuevos ponen al individuo y su grupo en una lógica positiva.

    C. Hay que hacerle entender al barrista Caleño, lo ridículo y desperdiciado que es un Caleño sabroso, remedando las porras de un desabrido argentino. Los cánticos de nuestras hinchadas deberían ser con salsa, nuestros tarros deberían ser campañas, guiros y clave como somos de verdad los caleños. Las secretarias de cultura y deporte en conjunto con los equipos, deberían premiar las mejores porras por sonoridad y contenido.

    D. Ningún sitio de Cali, debe estar controlado por alguna barra, así qué hay que recuperar el control del parque de las banderas, el parque de la música, y todo sitio público que estas barras consideren que les pertenecen. Pero en cambio a las nuevas organizaciones de fanaticos, facilitarles como espacio para sus reuniones y eventos las unidades recreativas que administra la corporación para la recreación popular, ya que son espacios públicos pero con cerramiento y medidas de seguridad que permiten la vigilancia y control.

    E. Las secretarias de desarrollo económico del Departamento y de Cali, podrían apoyar proyectos de emprendimiento liderados y ejecutados por estas nuevas organizaciones de fanáticos. Con hinchadas tan grandes y fieles, es imposible que jóvenes organizados y creativos no generen emprendimientos a partir de afición futbolera. A eso debemos apostarle, a que los pelaos ganen Plata y mucha haciendo actividades legales, así se volverán dolientes de la convivencia alrededor del fútbol.

    Si no desactivamos las barras bravas en Cali y COLOMBIA ya, la politiquería se las tomará y será otra cabeza de este monstruo y ahí si no hay quien pueda con esta tragedia.

    #FuturoPosible

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    lunes 9 de marzo, 2020

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