Delante del tablero
Que culpa tenemos algunos de los que opinamos en medios informativos al referirnos al presidente Petro.
Infortunadamente, él es el responsable de esa situación, por sus incongruencias y sus descachadas.
Una de tantas, ocurrida el domingo 22 del mes en curso, en horas de la noche, cuando le “brinda” al país tres alternativas para, supuestamente, “sacar” a Colombia adelante, sobre todo una, aquella en la que, si no le aprueban sus “reformas” habrá que hacerlo por la fuerza.
¡Susto! A que debemos atenernos los colombianos cuando seguramente estamos ad portas de vernos involucrados dentro de un orden inconstitucional de miedo.
La del presupuesto nacional, con reforma tributaria adjunta, a través de la cual se pretende o ¿pretendía? utilizar partidas económicas de gran calado para seguir, seguramente, gastando a manos llenas sin control ni planeación, sin que el país vea realizaciones importantes salvo el turismo encabezado a diestra y siniestra por la vicepresidenta del país, turismo que no pasa de ser la representación fiel y estruendosa de una vida sabrosa y, sin que la entidad encargada de captar recursos a través de los impuestos no funciona eficazmente gracias a la ineficiencia de quienes cumplen con ese propósito.
Y que tal esa resentida intención de recortarle el 77% del presupuesto a la Registraduría Nacional para complicarle el normal funcionamiento de las elecciones del 2026.
Afortunadamente, se dieron cuenta que “metieron las de caminar” y, aparentemente, han corregido semejante desfase.
Y ni hablar de la última intervención presidencial en la ONU, en la que se etiquetó de asesino al presidente israelí pero obviando por igual circunstancia, a Putin de Rusia, por lo de Ucrania y, a Maduro y sus cómplices contra el pueblo venezolano, lo que causó el retiro del recinto de más de la mitad de los asistentes que representaban a distintos países del mundo.
Sumemos a eso la calamitosa situación de Ecopetrol, la empresa más importante del país, a la que la están llevando Petro y Roa, pretendiendo menoscabarla solo porqué entre sus accionistas figuran conocidos personajes y organismos como los fondos de pensiones, representantes de esa clase que tanto perturba a la izquierda.