Dispersos y desjuiciados
Es doloroso y vergonzante lo que el país está viendo con la postulación de más de ochenta candidatos colombianos a la Presidencia de la República para elección 2026.
Mientras la izquierda pretende unirse alrededor de uno solo de sus candidatos, bueno o malo (eso poco les importa), en la denominada derecha, en todas sus vertientes, solo vemos desunión, ataques verbales, egos, mejor dicho, todo un estiercolero, me disculpan el término, que no va a llegar a nada bueno.
Se presume que muchos pretenden figurar buscando ser tenidos en cuenta para ministerios por si acaso el presidente es de derecha, cuando se conoce que casi todos han ocupado cargos públicos de distinta índole, en los que su figuración no sirvió para que la gente no se equivocara en la escogencia de lo que tenemos hoy en día.
Si todo estos postulantes supuestamente derechistas no se dan cuenta del terrible error que cometen, el país entrará en terrenos peligrosos con personajes como Daniel Quintero, Iván Cepeda, Roy Barreras, etc., etc.
No es justo entonces, que colombianos con dos dedos de frente, posiblemente, le estén haciendo el juego al sector político contrario, de cuya gestión ya hemos visto en tres años y medio, que nada bueno le espera al país.
La batalla electoral es difícil, claro está, por todo lo que ha cometido este gobierno, sobre todo cuando agotaron el presupuesto a mitad de año y el Congreso les aprueba otro que les servirá para financiar la campaña electoral en la que están, desesperadamente, inmersos para no entregar e poder.
Esta nación hermosa corre riesgos enormes si eso sucediera. Y lo sabemos sobradamente.
Lo colombianos preocupados por la suerte de nuestro hermoso país, esperamos que todos estos “candidatos” de la derecha salgan de ese marasmo y se den cuenta que ese no es el camino.
No queremos que el odio, la venganza política, el caos, la envidia y las equivocadas decisiones ideológicas, se perpetúen y nos conviertan en otro país miserable por culpa de la megalomanía.