Educar sin culpa

José David Solís Noguera

Pensando en mi estreno como padre de Gael, un amigo que recientemente estuvo en Uruguay me trajo de regalo el libro “Educar sin culpa” – del psicólogo Alejandro De Barbieri, – que plantea un interesante argumento de crianza al permitir que los hijos vivencien la frustración y se eduquen sin miedo o culpa.

El día de unos padres se despliega en actividades donde las emociones resultan importantes para la educación de los hijos y el sentir termina siendo el mejor aliado para combatir la resistencia al cambio.

El gran problema actual es que los padres se angustian frente a la frustración de sus hijos y ese amor que sobreprotege termina anulando a los niños.

Ser padre es una labor titánica y necesita del sentir, del contacto físico para no perder de vista lo esencial en la formación de esos niños que algún día abandonarán la infancia.

Ser padre es para siempre e implica que eduquemos a los hijos para que experimenten la frustración en un mundo que le dirá ¡No! muchas veces y que será importante para que crezcan y cuenten con herramientas suficientes para sostener sus dolores. Fernando Savater dice “Un papá que siempre dice sí a todo, (por culpa), deja a su hijo vulnerable y frágil.

Barbieri, en su libro, nos lleva a nosotros como padres a que reconozcamos que somos imperfectos y que ser el mejor padre posible resulta neurótico en sí mismo.

Los problemas que afectan a los colombianos – inseguridad ciudadana, desempleo, impuestos, entre otros -, terminan alejándonos de lo importante, volviéndonos padres ´culpógenos´ que crían hijos frágiles e incapaces de sentir felicidad.

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miércoles 23 de mayo, 2018

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