El millar por año
Tenía la esperanza de que el encierro por la pandemia no sólo hubiera servido para contrarrestar la ola de asesinatos en la ciudad, sino, que le hubiera dado un respiro a las cifras de muertes violentas.
Pero no fue así. Han pasado 28 años desde que se monitorean los homicidios en Cali y ninguna estrategia, plan o política de seguridad ciudadana ha permitido bajar los mil asesinatos por año.
Lo más preocupante del caso es que este año, que contó con la particularidad del covid, donde estuvimos confinados gran parte del 2020, al parecer no sirvió para mitigar los hechos violentos. Al 13 de diciembre se registraban 1.012 homicidios.
Cali, es una ciudad que por características hereditarias del narcotráfico y por ser un territorio receptor de comunidades de distintas partes del país, asentadas – en su gran mayoría – en las periferias suburbanas donde más necesidades humanas hay, vive en un letargo violento que nos lleva año tras año a vivir en zozobra.
Por las últimas siete alcaldías, han pasado grandes profesionales expertos en seguridad que no han podido diseñar un plan que permita tener una ciudad menos violenta y que con mucha pena y con poca gloria han pasado de agache en los resultados mostrados.
De acuerdo a los estudios realizados el año pasado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, Cali, no sólo obtuvo el penoso puesto 26 entre las ciudades más violentas del mundo, sino que fuimos la primera de Colombia al haber registrado 1.176 homicidios. ¿Cómo será el año que entra respecto a las medidas que se tomarán en materia de seguridad?