El sistema de transporte de Cali

Rosa María Agudelo

En Cali, el sistema de transporte ha estado nuevamente en el centro del debate. Algunos argumentan que su mantenimiento resulta caro en comparación con la calidad del servicio.

Sin embargo, la realidad es que las fallas estructurales desde sus inicios, como la baja cobertura y frecuencia, obligaron a los caleños a optar por vehículos particulares, motos y medios de transporte informales.

Este escenario resultó en una mala calidad de vida. Recientemente visité Ámsterdam, la ciudad se destaca por la ausencia de carros y motos en gran parte de su territorio.

En su lugar, miles de bicicletas y una amplia red de buses, tranvías, metros y ferries facilitan el desplazamiento. Moverse por esta ciudad es un placer, no un martirio, gracias a sus calles peatonales y bicirrutas, además de un sistema de transporte eficiente y seguro.

Este modelo no solo mejora la movilidad, sino que también impacta positivamente en la calidad de vida de sus habitantes.

Volviendo a Cali, es crucial pensar en soluciones estructurales a largo plazo. Mejorar la infraestructura y el servicio público es fundamental, pero también trabajar en el cambio cultural para que los ciudadanos confíen y utilicen estos sistemas.

Me alegra ver que el alcalde es una persona que viaja y observa otras culturas y formas de hacer las cosas. Cali es subdesarrollada en términos de transporte público. En épocas de la COP, no podemos olvidar el impacto ambiental.

Un buen sistema de transporte reduce las emisiones de carbono, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. Incorporar soluciones sostenibles y ecológicas debe ser una prioridad.

Es hora de mirar hacia adelante y aprender de ejemplos exitosos como el de Ámsterdam para transformar nuestra ciudad en un lugar mejor para todos.

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sábado 22 de junio, 2024

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