El sueño de la inversión como eje transversal de los gobiernos en Colombia

Juan Carlos Garcés

El gobierno radicó el proyecto de presupuesto General de la Nación de 2025 por $523 billones de pesos, y en sus próximos días lo debatiremos en el Congreso de la República.

A pesar de los esfuerzos por incrementar los gastos en salud, educación, deporte, vivienda y otras necesidades apremiantes de los colombianos, noto con preocupación cómo los ciudadanos se quejan de forma constante porque pareciera que ese gasto no se ve reflejado en una mejora de los servicios que presta el Estado. Sin duda, hay un problema en la forma en la que se gastan los recursos.

Para hacer más complejo el cuadro, el Estado mantiene un gasto por encima de sus capacidades lo que obliga al gobierno a endeudarse, hacer maromas contables o hacer duros ajustes fiscales para mantener las finanzas más o menos ordenadas.

Si no revisamos a profundidad cómo estamos gastando los recursos que tenemos, ni se verán los resultados deseados, ni se logrará atraer inversionistas que estén dispuestos a arriesgarse en un ambiente como este.

Esta no es otra columna más que pide reducir el gasto suntuario y pedirle al gobierno que se ajuste el cinturón. Acá pido que nos unamos para apoyar al tejido empresarial que genera más del 80% del empleo formal del país.

Ese mismo tejido que desde la pandemia ha visto miles de empresas desaparecer, que ha reducido sus niveles de inversión y que se enfrenta a innumerables retos para ofrecer sus bienes y servicios a Colombia y al mundo.

La gestión económica debe enfocarse en generar estrategias que le permitan crecer y consolidarse a este tejido, no por los sus dueños o por el hecho de apoyar la empresa colombiana, sino porque son el vehículo que le permite al colombiano de a pie progresar, tener la posibilidad de comprar una casa, sacar a sus hijos adelante y por qué no, incluso cuidar de otros si se da el caso.

Este tejido golpeado necesita ayuda en muchos frentes desde: facilidades de formalización, simplificación de trámites y licencias, facilidad de acuerdos de pago con el Estado, facilidad de acceso a distintas formas de financiación, como créditos, y sobre todo, un ambiente que invite a las personas a querer hacer empresa e invertir en Colombia.

Naturalmente no desconozco la importancia de la economía popular, y ojalá se desarrolle a pasos agigantados en este gobierno, pero el bolsillo de los colombianos de a pie y de los negocios formales no puede ser la vaca que cada año se ordeña con más fuerza para sostener un gasto poco eficiente y descontrolado.

El crecimiento económico debe ocupar la agenda por estos días, es momento de repuntar la inversión, aunque el presupuesto da cuenta del deseo de enfrentar desafíos, se vuelve insuficiente en cuanto a la inversión productiva que se requiere para alcanzar la tan anhelada reactivación económica, y con ella, el crecimiento, la generación de empleo y la formalización, esenciales para disminuir la pobreza y las brechas sociales en Colombia.

Comments

jueves 8 de agosto, 2024

Otras Noticias