#EnDefensaDe La educación virtual

Iván Cancino

La cuarentena trajo muchos cambios en la vida cotidiana, el campo de la educación no fue la excepción. Colegios, universidades y en general todo aquel que estuviera ligado al ámbito de educar o capacitar tuvo que acudir a la virtualidad para seguir adelante.

Esta “innovación” dejó más aspectos positivos que negativos, entre lo malo está que muchas personas necesitan la presencia física para interactuar de manera natural con sus profesores o compañeros o para mantener la concentración.

Sin embargo, creo que la virtualidad nos dejó y dejará muchas cosas para aplicar de manera permanente: se puede dictar una clase o charla a un número importante de personas y en muchas partes del mundo con interacción de todas sin necesidad de desplazarse, ahorrando tiempo y costos.

Las diferentes plataformas tienen tantas facilidades que se pueden compartir textos, presentaciones, preguntas, diálogos en tiempo real haciendo más dinámica la educación y en general todo el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Al no tener que hacer desplazamientos terrestres en la misma ciudad o viajar por el país o a eventos internacionales se pueden dictar mas clases, el acceso a la educación es más democrático y sube su nivel ya que los mejores profesores no tendrán excusa para brindar su conocimiento en cualquier parte y casi que en cualquier momento según su disponibilidad.

En lo personal aproveché para reconectarme con la academia, de la que me había retirado el litigio, era imposible por los viajes y audiencias cumplir compromisos académicos, hoy en día y durante la cuarentena, pude acomodar la agenda y volver a dictar conferencias, charlas, clases, capacitaciones en todo el país y congresos internacionales, pude volver a ser profesor, pero también alumno de innumerables alternativas de alta calidad que se empezaron a ofrecer por la virtualidad.

Debo aprovechar para agradecer a CESJUL y a su director Rubén Acosta y al Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, en cabeza de Francisco Bernate, su presidente, Rodrigo Parada y Santiago Tres Palacios, abogados y litigantes de grandes quilates, graduados de expertos en tecnología por ser pioneros en los temas de educación virtual en pandemia.

Sueño con seguir con esta dinámica como una alternativa válida y eficiente. Sueño con estar en un salón de clases dictando Penal General o Procesal Penal y poder usar estas tecnologías para invitar virtualmente a algún profesor de otra parte del país o del mundo a departir unos minutos u horas con mis alumnos. La virtualidad debe ser utilizada e interiorizada de manera definitiva en nuestro sistema educativo.

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miércoles 8 de julio, 2020

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