Entre el miedo y el odio

Rosa María Agudelo

Entre ricos y pobres, buenos y malos, así nos buscan dividir quienes esperan llegar a la Casa de Nariño.

Es una paradoja que el primer paso a esta polarización fue por cuenta del plebiscito por el cual se buscaba aprobar el acuerdo de La Habana con las Farc que nos dividió entre amigos y enemigos de la paz. Desde ese entonces todo se volvió en blanco y negro.

Una división que alcanzó su punto más alto durante el estallido social en el que vimos la capacidad de destrucción que podemos alcanzar. Los discursos de esta campaña están profundizando esas brechas.

Es posible que con esa estrategia se llegue al poder, pero se puede gobernar en una sociedad dividida y enfrentada. No me cabe duda que el elegido prontamente tendrá una bajísima aceptación, gobernará a una mayoría frustrada y con una alta oposición que hará hasta lo imposible por demostrar que fue un error su elección.

Gane Fico o gane Petro, Colombia habrá perdido porque la campaña profundizó las diferencias. Antes eran sobre modelos de país, conceptos sobre la justicia o sobre la impunidad. Hoy, por cuenta de Petro, se ha profundizado la lucha de clases y hasta la racial.

Me inquietan sus discursos en municipios afrodescendientes en los que el candidato se refiere a estos colombianos como esclavos que merecen ser liberados, también me preocupan sus llamados a la lucha popular o sus mensajes vagos sobre lo que llama la democratización.

¿Qué expectativas está creando? ¿Cómo va a sanar las heridas, los odios y los miedos de quienes no voten por él para poder gobernar para todos? Si gana, ¿Será capaz de construir una visión colectiva de país?

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viernes 13 de mayo, 2022

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