Envidia

Rodrigo F. Chois

Dicen que en Colombia predomina la envidia.

Tanto así, que el famoso ciclista Cochise Rodríguez sentenció que “en Colombia se mueren más de envidia que de cáncer”.

Y como si esto fuera poco, la Vicepresidenta de Colombia escribió recientemente en Twitter: “La envidia es mejor despertarla que sentirla”.

En 1995 vi la película Seven, dirigida por David Fincher y protagonizada por un joven Brad Pitt, quien interpretaba a un policía.

El tema: un asesino en serie recrea con sus víctimas cada uno de los siete pecados capitales.

Y es precisamente con la envidia donde su crimen es el más grotesco de todos.

El asesino decapita a la hermosa esposa del detective porque envidia su amor y felicidad.

La envidia, uno de los siete pecados capitales, se define como el deseo desmedido por lo que otros tienen, y especialmente como el resentimiento hacia quienes poseen lo que se desea.

Curiosamente, en la Divina Comedia de Dante, la envidia no es castigada en el Infierno.

De manera atenuante, Dante ubica a los envidiosos en el Purgatorio, con los ojos cosidos con alambre, para luego poder purificarse y redimirse.

Tal generosidad de Dante podría explicarse por el hecho de que la envidia, en algunos casos, puede impulsar a una persona a superarse a sí misma; que sirva como motivación, aunque el motor detrás de esta sea negativo. Puede ser.

O tal vez la envidia cumple un papel supervisor, fiscalizador, cuando el público condena la lujosa y opulenta vida que ostentan los políticos corruptos, quienes a costa de nuestros impuestos “saben vivir sabroso”.

Si los envidiosos pudieran controlar esto… ¡yo los pondría en el Cielo!

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miércoles 9 de octubre, 2024

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