Gobernar con anticipación: un protocolo contra terrorismo que marca la ruta de actuación

Javier Navarro O

En medio de la incertidumbre y el creciente deterioro de la seguridad en el país, el Valle del Cauca ha decidido dar un paso al frente con visión y determinación.

La Gobernadora Dilian Francisca Toro ha firmado un decreto que crea el mecanismo de anticipación y prevención de la amenaza terrorista “COPAT” y el protocolo institucional de respuesta al terrorismo, una medida inédita a nivel regional y que marca un hito en la manera en que los territorios deben prepararse frente a amenazas de alto impacto.

La iniciativa no surge de la improvisación, sino de un diagnóstico claro: el Gobierno Nacional ha dejado un vacío en materia de seguridad, particularmente en las regiones, donde la dispersión de estructuras armadas ilegales y la ausencia de políticas consistentes generan un terreno fértil para que se gesten actos terroristas.

Ante ese abandono, el Valle del Cauca asume la responsabilidad de anticiparse, de no esperar a que los hechos ocurran para reaccionar.

Estos mecanismos tienen un valor agregado que trasciende lo meramente normativo: ofrece lineamientos claros a todos los alcaldes del departamento sobre cómo atender y responder frente a un eventual acto terrorista.

Hasta ahora, los municipios carecían de rutas establecidas, lo que podía traducirse en falta de coordinación, duplicidad de esfuerzos o vacíos de respuesta.

Con estos decretos, por el contrario, se busca armonizar a las instituciones, unificar los protocolos de actuación y generar confianza ciudadana frente a la capacidad del Estado local.

Lo más valioso es que la propuesta se centra en la anticipación. La prevención implica estar atentos, pero la anticipación es un paso más allá: es la capacidad de prever escenarios, de estructurar respuestas antes de que la amenaza se materialice.

Y justamente ahí está la virtud de estos decretos. En lugar de seguir en la lógica reactiva habitual, el Valle apuesta por la planificación, la preparación institucional y la resiliencia comunitaria.

Esa es la diferencia entre quedarse en la retórica o gobernar con visión.

Es claro que el terrorismo busca desestabilizar y sembrar miedo. Por ello, la única manera de enfrentarlo con éxito es consolidando un frente común, donde la Policía, el Ejército, los organismos de gestión del riesgo, los cuerpos de socorro y las autoridades locales estén alineados y actúen bajo un mismo esquema.

El protocolo propuesto por la Gobernación abre ese camino, generando unidad de mando y coordinación, pero también dejando espacio a la evaluación y mejora continua.

Este esfuerzo, sin embargo, también desnuda una gran paradoja: mientras las regiones hacen ingentes sacrificios para blindar a sus ciudadanos, el Gobierno Nacional sigue ausente, sin políticas de seguridad claras ni acompañamiento real.

En consecuencia, departamentos como el Valle del Cauca se ven obligados a diseñar sus propios instrumentos de defensa, utilizando capacidades propias y recursos limitados.

El mensaje es contundente: el Valle del Cauca no se resigna a la improvisación ni al abandono. La Gobernadora ha demostrado que, con liderazgo y visión anticipativa, es posible construir herramientas sólidas para enfrentar amenazas tan complejas como el terrorismo.

Ahora, el reto será que todos los alcaldes asuman el protocolo como suyo, lo implementen con rigor y se sumen a esta apuesta colectiva por la seguridad y la vida.

Cuando esto ocurra, el Valle le habrá dado una lección al país: la seguridad no puede improvisarse, se construye con anticipación y unidad.

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martes 30 de septiembre, 2025

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