Cali, abril 18 de 2024. Actualizado: jueves, abril 18, 2024 16:53

Umberto Valverde

Haroldo Penilla

Umberto Valverde

Estábamos en la cafetería del Centro Comercial Centenario, Jaime Galarza y mi persona, cuando alguien pasó y nos dijo que Haroldo Penilla había muerto. Miguel, de inmediato, lo certificó con Ricardo Cobo y la noticia quedó confirmada. En realidad, decidimos concluir la conversación. Al llegar a mi apartamento le escribí a Conchita Penilla, hermana de Haroldo, periodista de profesión, amiga de hace muchos años. Ella me contó más detalles de la enfermedad. Todos sabíamos que Haroldo tenía hace años un cáncer, sin embargo, hace un año o dos, con la pandemia uno pierde la exactitud de las fechas, me lo encontré y me dijo que estaba contento porque el tratamiento había sido exitoso. Yusti nos contó que hace mes y medio se le apareció a su apartamento y estaba eufórico, que en ningún momento hablaron de la enfermedad. Revisando mi whatsapp, encuentro que el mes de agosto me envió la fotocopia de un artículo que se publicó en El País, donde se hacía un recuento de la película Tacones, la primera que se hizo sobre salsa en los años setentas, donde él actuaba siendo un adolescente. Después, lo felicité en su cumpleaños y me respondió, “gracias mompa”.

Cuando Cristina Varela decidió hacer el Museo de la Salsa Jairo Varela y me solicitó ser el director artístico de esta entidad, como el asesor general de actividades, uno de los primeros en ayudar fue Haroldo. Sin ser miembro de la Junta Directiva, parecía uno más. Siempre nos asesoró, nos colaboró con los eventos, con su empresa HPC, nos señalaba caminos para realizar. Una de las primeras veces fue un cumpleaños que festejó en su casa. Allá estuvimos con Cristina. El Museo Varela le debe mucho a Haroldo Penilla. Continuamente lo visitamos en su oficina, esto no se le puede olvidar a Cristina Varela ni a mi. Estaré eternamente agradecido. Gloria Bonilla es testigo de esto. De eso se trata la amistad, responder generosamente cuando un amigo la necesita.

Todos saben que Haroldo fue un gran basquetbolista, dirigente deportivo, le gustaba ir al Tour de Francia a correr las etapas de ese gran evento como aficionado, le gustaba pescar, salsero a morir, creó que el diseño del salsódromo, ese legado es de él, Ospina lo aprobó en su primera administración, pero Haroldo lo tenía todo concebido, como empresario amplió sus fronteras al Carnaval de Barranquilla, a la Feria de las Flores, a cuanto evento había en Colombia.

Tengo una enorme pena por su muerte. Uno de los pocos amigos que me dio todo su apoyo en el proyecto del Museo Varela. Directo, franco, un camaján en sus pintas, pantalones amarillos o zapotes. Esa es la imagen que me queda de él, mi amistad con Conchita, su hermana, que vive en París. Gracias por todo, Haroldo. Chao.

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jueves 16 de diciembre, 2021
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