¿Idiosincrasia latina?

Hugo E. Gamboa Cabrera

Esta última selección colombiana de fútbol, en la Copa América 2024, nos ilusionó, nos hizo sentir inmensos pero, infortunadamente, le tocó la peor de las suertes: jugar contra el último campeón del mundo, Argentina, un equipo astuto, fuerte y con un sentido de pertenencia increíble.

Nuestros muchachos, nueva generación de deportistas, nos han dejado la maravillosa sensación de que Colombia, al menos en este deporte del fútbol, han avanzado bastante, están dejando una vara alta, un principio de que cuando se quiere se puede. Nos maravilló a millones de colombianos.

Infortunadamente, como siempre sucede, esa última derrota sacó a relucir la amargura de algunos, esos que siempre, después de llorar de alegría, salen a decir que el técnico Lorenzo debe ser destituido, que los jugadores no sacaron la casta, que fueron cobardones.

No, salvo algunos errores, esta selección nos brinda la esperanza de saber que hay futuro bueno, máxime cuando hoy tenemos jugadores triunfando en Europa.

Sin embargo, nos queda el sinsabor de la gran vergüenza que nos dejó el pésimo comportamiento de una gran masa de compatriotas, posiblemente, aquellos que llegan por el “hueco” buscando oportunidades o llegan después de padecer el peligroso Río Bravo y que, además de causar daños al estadio del sur de Miami, ingresaron a la fuerza, sin tiquete, obligando a la policía a actuar drásticamente.

Pero lo más penoso ha sido la actitud de los Jesurum, papá e hijo, el primero presidente de la Federación de fútbol colombiano y vicepresidente de la Conmebol, quienes posando de intocables fueron inconsecuentes y groseros con las autoridades de Miami que los requirieron por no conocerlos y, esto les tocó el ego, reaccionando burdamente con el penoso resultado de ser detenidos y multados por irrespeto a la autoridad.

Ahí estamos pintados. Por eso a los colombianos en los aeropuertos internacionales nos miran y nos reciben con recelo y sospecha. Por unos pagamos todos.

Colombia tiene gente buena y servicial. Infortunadamente, la disfuncionalidad nos afecta mucho.

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viernes 19 de julio, 2024

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