Karol G y la crueldad de los memes
No soy adepto del fútbol; no obstante, para la final de la Copa América me dispuse a ver el encuentro. Y me gustó ver a Karol G interpretar el himno de Colombia, una artista que admiro por su sencillez, talento y carisma.
La final terminaría con el resultado adverso conocido y, en cuestión de horas, comenzó un bombardeo en las redes de memes burlándose de la manera en que vistió Karol G al interpretar el himno.
No me había fijado, pero una vez reparando en los memes, es posible que la artista hubiese podido evitar las crueles burlas luciendo un juvenil jean y un par de tenis.
¿Por qué ese placer humano de burlarnos del prójimo e incluso ridiculizarlo?
Como sociedad debemos comprender que la burla es un fenómeno que ha existido desde siempre; sí, las sátiras de la Antigua Grecia bien podrían ser los memes de hoy.
Desde el colegio he entendido que la burla busca establecer jerarquías para reforzar la posición social del agresor y alinear a todo el grupo en contra de “comportamientos no aceptados”.
Años después, advertí que, con gran frecuencia, los individuos que se burlan de los demás lo hacen para desviar la atención de sus propias inseguridades y defectos, como un mecanismo de defensa permitiéndoles proteger su propia autoestima al proyectar sus inseguridades en los demás.
Y hoy, con el boom de las redes, concluyo que los burladores anhelan ganar aceptación, popularidad, mejorar su estatus social y ser considerados ingeniosos y dominantes.
Somos una sociedad que debe reconstruir valores fundamentales como empatía, respeto y dignidad humana antes de que las redes sociales causen verdaderos estragos.