La depresión: una realidad que debemos comprender y abrazar para avanzar hacia el bienestar
En el Valle del Cauca y en toda Colombia, la depresión se ha manifestado como una de las principales preocupaciones en materia de salud pública.
Esta enfermedad mental, a menudo invisibilizada, afecta a miles de personas, rompiendo sueños, destruyendo familias y, en muchos casos, provocando la pérdida de vidas que podrían haberse salvado con un acompañamiento adecuado.
Según datos del Ministerio de Salud, para el año 2023 el 66,3% de los colombianos ha enfrentado algún tipo de problema de salud mental a lo largo de su vida, con la depresión y la ansiedad siendo las más comunes.
Sin embargo, pese a su alta prevalencia, muchos todavía no buscan ayuda por el estigma que acompaña este trastorno.
En el Valle del Cauca, la tasa de suicidio en 2022 fue de 4,2 por cada 100.000 habitantes, una cifra alarmante que refleja el dolor silencioso de tantas personas que sienten que no tienen otra salida.
La situación es aún más crítica en los jóvenes.
Un 44,7% de los niños y adolescentes en Colombia presenta indicios de trastornos mentales, con la depresión y la ansiedad a la cabeza.
En nuestro departamento, los intentos de suicidio aumentaron de 1.772 en 2022 a 1.895 en 2023.
Estas estadísticas nos muestran que la juventud, nuestra esperanza de futuro, está siendo consumida por la desesperanza y el sufrimiento emocional.
En medio de esta realidad, es alentador destacar iniciativas que fortalecen la atención a la salud mental en nuestro departamento.
El Valle del Cauca ha dado pasos significativos al convertirse en ejemplo nacional gracias a la implementación de un Observatorio de Salud Mental y un hospital referente en este campo.
El Observatorio es una herramienta clave para recopilar datos, analizar tendencias y diseñar estrategias que respondan de manera efectiva a las necesidades de nuestra comunidad.
Por otro lado, el Hospital Psiquiátrico Universitario del Valle no solo presta atención integral a los pacientes, sino que también lidera investigaciones y programas de prevención, consolidándose como un referente nacional en la lucha por el bienestar mental.
También, contamos con la Línea 106, un servicio gratuito y confidencial que brinda apoyo emocional y orientación en salud mental las 24 horas del día.
Este recurso es un ejemplo del compromiso institucional por ofrecer ayuda inmediata a quienes la necesitan, especialmente en momentos de crisis.
Fortalecer y promocionar esta línea, así como integrar servicios similares en otras estrategias de atención, es esencial para llegar a más vallecaucanos y salvar vidas.
Como sociedad, tenemos una gran oportunidad de transformar nuestra perspectiva sobre la salud mental y darle la importancia que merece.
Es momento de unir esfuerzos para fortalecer nuestra capacidad de apoyo, fomentando espacios seguros y abiertos donde la salud mental sea atendida con el mismo cuidado y respeto que cualquier otra condición de salud.
Con empatía y acción, podemos construir un entorno que promueva el bienestar emocional para todos.
Pero la lucha contra la depresión no es solo responsabilidad del Estado.
La familia, los amigos, los compañeros de trabajo y la comunidad en general tienen un papel fundamental en la detección temprana de los síntomas y el acompañamiento emocional.
Todos tenemos el poder de cambiar la vida de una persona con una palabra de aliento, con una escucha activa, con la paciencia de estar allí cuando más se nos necesita.
Hoy, en el Día de la Lucha contra la Depresión, hago un llamado a todos los ciudadanos del Valle del Cauca y de Colombia a ser más conscientes, más empáticos y, sobre todo, a ser más valientes para hablar de lo que muchos prefieren callar.
Hablar de la depresión no la hace más real, pero sí más manejable.
La salud mental es un derecho que debemos proteger y promover, y como representantes públicos, debemos ser los primeros en alzar la voz por quienes luchan en silencio.