La fuerza de los liderazgos colectivos

Rosa María Agudelo

El poder de un proyecto colectivo nos enseña que cuando unimos nuestras fuerzas hacia un objetivo común, podemos lograr transformaciones profundas que impactan de manera positiva nuestras comunidades.

Así lo demostró el tejido social con el monumental tapiz creado por 350 tejedoras colombianas.

Más allá del arte, estas mujeres construyeron comunidad y unieron generaciones con un propósito común: la protección del planeta, creando un símbolo de esperanza y acción colectiva.

En un país fracturado por la polarización, estas iniciativas recuerdan que podemos trabajar juntos y que es posible generar cambios significativos si nos enfocamos en aquello que nos une.

Las divisiones que nos enfrentan suelen responder a intereses que buscan distraernos de lo esencial: nuestra capacidad de construir un futuro compartido y mejor.

Si nos convocan a través del arte, la cultura o el deporte, es posible generar confianza y crear espacios de diálogo.

Si nos conocemos mejor, podremos enfrentar nuestras diferencias con respeto y apertura.

El problema no son nuestras diferencias, sino cómo dejamos que se conviertan en barreras que nos impiden avanzar.

En vez de confrontarnos, debemos caminar hacia una meta común, convocando a todas las voces, especialmente a las que no han sido escuchadas.

Estas voces, que muchas veces se sienten excluidas, son fundamentales para construir una visión más inclusiva y enriquecedora del futuro.

La polarización es un obstáculo, pero también una oportunidad para encontrar puntos de encuentro.

Un país diverso como Colombia solo avanzará si reconocemos que las diferencias no nos hacen enemigos, sino que enriquecen nuestra sociedad.

Lo que necesitamos es voluntad de diálogo, espacios para escucharnos y el compromiso de trabajar juntos por un bien común.

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sábado 19 de octubre, 2024

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