La hora de Némesis

Rodrigo F. Chois

Cuenta el mito griego que la diosa Némesis fue engendrada por la noche sin unión masculina y que, desde su aparición, se convirtió en la deidad encargada de impartir venganza y castigo.

Su razón de ser era clara: la codicia y la perversidad humanas jamás han sido, ni serán, eternas.

Ejemplos hay muchos: En la literatura, el soberbio Aquiles que descubrió su fragilidad en el talón.

En los colegios, los matones que crean un imperio personal y un reino de papel gracias a que nadie osa enfrentarlos; el silencio los alimenta hasta que aparece quien los pone en su sitio.

Y en la política, sí que abundan los casos: Hitler, Mussolini, Hussein y Gadafi, por citar solo algunos déspotas que se creyeron inalcanzables hasta que Némesis se cernió sobre ellos.

Hoy la atención mundial se concentra en Venezuela, y en el régimen que ha sido causante de hambre, éxodo y miedo en su pueblo.

Un régimen al cual le ha llegado su fecha de caducidad, porque la historia, aunque lenta, no es estática; y cuando acelera, los días de los tiranos se convierten en horas.

Sí, cuando Némesis hace su entrada triunfal, los regímenes basados en la soberbia, que parecían de acero, resultan ser de cristal.

No sé qué tiene planeado Némesis en esta ocasión, si el desenlace en Venezuela será súbito o gradual. Pero en definitiva, lo que para muchos es apenas una metáfora griega, se convierte en certeza: los villanos literarios lo saben, los matones escolares lo descubren y los tiranos lo aprenden al caer.

Y ahora, la diosa Némesis está en modo “extracción”, y su espada apunta a Caracas.

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miércoles 20 de agosto, 2025

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