La izquierda en apuros

Hugo E. Gamboa Cabrera

En un país del Asia del Sur con gobierno comunista desde hace varios años—Nepal—el pueblo se mamó de ser un país en pobreza extrema, decreciente y con una desigualdad social y económica pavorosa.

No aguantaron más y decidieron salir a las calles por sus propios medios para tumbar un gobierno que no les ofrecía nada bueno salvo la riqueza de sus gobernantes a costa de los impuestos de la población.

Claro, esa decisión desesperada de reaccionar les costó varios muertos ya que las fuerzas armadas apoyaban al gobierno en desgracia.

Este es uno de esos hechos llamativos por el fondo político que contiene. Situación similar pudo suceder en Venezuela hace algún tiempo solo que, allí las FF.AA. si fueron cooptadas lamentablemente.

Igual sucedió con los colectivos que organizó el gobierno en menor grado pero que de todas maneras defendían al gobierno por encima del bienestar del país.

Por eso la población se llenó de miedo y millones prefirieron irse por cualquier medio.

En la China, país tradicionalmente comunista, la gente vive de otra manera gracias a que son adoctrinados desde pequeños y a que sus dirigentes, desde Den Xiao Ping, decidieron ser un sistema mixto, es decir, comunista y capitalista, lo que les permitió convertirse en un país poderoso, eso si, bajo parámetros de disciplina férrea y trabajo permanente que les ayuda a lograr la excelencia en su producción.

Allá no se permiten sindicatos ni protestas pese a que la mano de obra es barata.

Y ni hablemos de Rusia, país de cepa comunista desde Lenín, dónde muchas cosas poco se conocen hacia el exterior.

Es una sociedad cerrada, donde sobresale, como siempre, un líder máximo que es la voz cantante de todo y para todo.

Hoy lo es Vladimir Putin, de quién se dice es el hombre más rico del mundo junto a un grupo de sus amigos de los que poco se conoce.

Es indudablemente uno de los países poderosos del planeta tierra donde el poder se hereda solo que, se equivocaron con Mijael Gorbachov al que tumbaron para regresar al rumbo conocido.

De vez en cuando aparecen personajes como Alexander Solzhenitsyn, que se rebelan con documentos como el “Archipiélago del Gulag”.

Definitivamente, la democracia es hermosa, con libertades y derechos que de alguna manera nos ayudan a vivir de otra manera.

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sábado 13 de septiembre, 2025

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