La linterna de Diógenes

Rodrigo Fernández Chois

Narran los historiadores que Diógenes -el filósofo griego- deambulaba por las calles de Atenas con sus tres únicas pertenencias: un saco, un largo bastón y una linterna con la que iluminaba el rostro de los hombres con los que se topaba al caminar.

“Busco a un hombre honesto” manifestaba el austero filósofo cuando le preguntaban sobre el porqué de su proceder… En últimas, el cínico Diógenes lo que buscaba era “La Verdad”.

Dos mil quinientos años después, la inquieta humanidad guarda la esperanza de encontrar “La Verdad” entre las innumerables fuentes de información con las que cuenta en su haber.

Desafortunadamente, ese valor fundamental que da cuerpo a la oferta que a diario producen comunicadores formales e informales se ha convertido en un tesoro en razón de su escasez.

La ausencia de ética de algunos profesionales que ejercen la actividad comunicadora, el capital financiero operando en empresas de comunicación y, más que ese capital, los ambiciosos dueños de ese capital protegiendo sus intereses aunado todo a la eterna ambición de poder que profesa una aventajada minoría, ha dado como resultado la profusión de “noticias falsas” concebidas con fines lamentablemente sombríos.

Nosotros, los receptores, que no somos otra cosa que los idealistas consumidores de “La Verdad”, nos vemos finalmente manipulados de la forma más vil posible .

Y lo verdaderamente catastrófico del asunto es que últimamente la Historia, o lo que creemos que sea ella, puede deformar.

Guardo la esperanza de que, así como todos nos hemos convertido en comunicadores gracias a la moderna tecnología, encendamos las linternas con las que también nos ha privilegiado para buscar “La Verdad” con precavida malicia.

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martes 15 de enero, 2019

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