La pandemia de los corruptos

Wilson Ruiz

En el manejo de las ayudas dirigidas a los colombianos más necesitados, afectados durante este periodo de estado de emergencia decretado a raíz de la pandemia de Covid-19, ya se advierten hechos irregulares por posibles actos de corrupción.

Sería lamentable, además de vergonzoso, que tanto esfuerzo sea aprovechado por los oportunistas. Sucedió en anteriores ocasiones.

Hay que impedir hechos de corrupción como los registrados con la asistencia a los damnificados de la avalancha en Armero, el terremoto en el eje cafetero y el desbordamiento de ríos en Mocoa. En Armero se perdieron toneladas de elementos entregados por la comunidad internacional, otros terminaron en las casas de recreo de funcionarios, y los de mayor valor, como ambulancias donadas por Japón, Europa y Estados Unidos, simplemente no llegaron a su destino. Situación similar pasó con el terremoto del eje cafetero y en Mocoa, donde las ayudas humanitarias se dañaron en las bodegas de acopio.

En el contexto actual, de manera oportuna la Contraloría, acompañada de los demás organismos de control, advierte que existen sobrecostos en alimentos y equipos médicos que están siendo adquiridos por diferentes entes territoriales para atender la emergencia. Se suscribieron contratos que poco tienen que ver con asistencia social, como ambiciosas campañas publicitarias, con claros fines políticos.

Es fundamental garantizar la transparencia, evitar que la corrupción ponga sus manos en los recursos de los más pobres. Bajo el amparo del estado de emergencia los entes territoriales están facultados para hacer contrataciones directas, esa coordinación debería estar centralizada. No puede seguir pasando que la corrupción se lleve el alimento de los más necesitados.

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lunes 20 de abril, 2020

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