Las abejas y la seguridad alimentaria

Alberto Ramos Garbiras

Los apicultores sienten la exclusión y el desinterés ante un tema que les compete porque las abejas hacen parte principalísima de la biodiversidad.

En la Ley 99 de 1993 el artículo primero establece los principios que la rigen, “La política ambiental colombiana seguirá los siguientes principios generales: numeral 2. La biodiversidad del país, por ser patrimonio nacional y de interés de la humanidad, deberá ser protegida prioritariamente y aprovechada en forma sostenible”.

En la página Web del noticiero alemán DW, encontramos que muchas especies se encuentran en declive y uno de los principales factores es la falta de hábitats adecuados.

Según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Unión Europea, establece que al menos el 10 % de la superficie agraria debe estar ocupada antes de 2030 por elementos paisajísticos de gran diversidad, como franjas de protección, setos, árboles no productivos, muros de terraza, estanques o tierras retiradas de la producción.

Sin embargo, el compromiso del 10 % resulta insuficiente para asegurar la supervivencia de polinizadores como abejas, abejorros y mariposas.

Los resultados muestran que las abejas solitarias necesitan al menos un 16 % de hábitat natural en zonas agrícolas, los abejorros un 18 % y las mariposas un 37 % para lograr una protección efectiva.

Además, los hábitats con mayor abundancia de plantas con flores albergan más polinizadores de todos los grupos, aunque la calidad no siempre compensa la falta de espacio disponible.

“Aunque la calidad de estas áreas sea alta, si no se alcanza el mínimo de hábitat natural resulta imposible mantener poblaciones de polinizadores sanas”, explicó Ignasi Bartomeus, investigador del CSIC en la EBD-CSIC.

Los expertos insisten en que la prioridad debe ser ampliar primero la superficie de hábitats naturales. “Es mejor concentrarse primero en aumentar el área de los hábitats naturales, en lugar de gestionar pequeños hábitats, incluso cuando tienen muchas flores”, afirmó Gabriella Bishop, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Wageningen.

La polinización es uno de los procesos más importantes para el mantenimiento de la vida en el planeta, pues de él depende la posibilidad de perpetuar las poblaciones de plantas que mantienen nuestra atmósfera y nos dan el alimento a la mayoría de los seres vivos.

El Centro de Biodiversidad y Medio Ambiente de una Universidad de Londres realizó un estudio sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad.

El mundo está cambiando. Para nadie es un secreto que el cambio climático está impactando severamente las especies animales, las especies polinizaodras,los vegetales, los ecosistemas e incluso la salud del ser humano.

Si la crisis climática no se controla, el futuro no pinta nada alentador. Si esta crisis continúa podría afectar en esta década a algunas especies.

Este daño se daría porque, aunque la mayoría de los animales pueden hacer frente a las altas temperaturas por un tiempo, cuando la temperatura sobrepasa cierto límite, las especies se ven enfrentadas a condiciones que no habían experimentado antes.

La miel y otros productos apícolas, la cera y el polen, no son el único beneficio que obtenemos de las abejas.

Esta especie maravillosa de las abejas, cumplen una trascendental función como polinizadores de muchas especies de árboles, arbustos y hierbas que sirven para la alimentación humana o para la industria.

Se estima que las abejas polinizan cerca del 75 % de los cultivos destinados para la alimentación. Lo cual equivale a una tercera parte de lo que consumimos a diario (ej. cereales, frutas y verduras).

Según científicos, los servicios que suministran las abejas a la agricultura global son invaluables.

Y en el Valle del Cauca argumentan que el tema de las abejas le corresponde solo al Ministerio de Agricultura. Un flagrante negligencia y desconocimiento.

El manejo de la contratación se hace con exclusiones como si los apicultores fueran mendicantes. Reitero, el artículo primero de la Ley 99 de 1993, expresa en el numeral 10 : “La acción para la protección y recuperación ambientales del país es una tarea conjunta y coordinada entre el Estado, la comunidad, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado. El Estado apoyará e incentivará la conformación de organismos no gubernamentales para la protección ambiental y podrá delegar en ellos algunas de sus funciones”.

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jueves 9 de octubre, 2025

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