Las vidas de soldados y policías

María Sol Navia V.

Parece que las vidas de soldados y policías no importaran al país, ni al gobierno y desde luego al presidente que vive en su mundo galáctico, envenenado, donde no existe sino el odio; allí no hay respeto ni cariño, pero cínicamente habla de amor “que es adicto al amor”.

No se conduele con sus jóvenes vidas, ni con sus familias y amigos. Es mas no asiste a sus funerales, ni hay actos de reconocimiento en su honor de parte del jefe de estado y de las fuerzas militares como señala nuestra constitución.

Solo está trabajando con miras a su reelección que es un imposible jurídico y legal, pero como el no respeta ni la ley, ni la constitución, ni los fallos judiciales, aspira a reelegirse o quedarse por encima de la ley, como actúa siempre, o sino en cuerpo ajeno seguir destruyendo lo que aún no ha podido.

Después del estatus legal y todos los beneficios que les dio el proceso de “paz” a los bandidos asesinos y secuestradores de niños y adultos, el actual presidente profundizo aún más dicha política.

Sacó de la cárcel a paramilitares, guerrilleros y delincuentes para nombrarlos gestores de la “paz total” y fortalecerlos, tal vez como su ejército personal.

Los defiende más que a los militares y policías y desde luego que a los empresarios riquitos, blanquitos, esclavistas, asesinos, etc. como es su vocabulario para el sector que crea el empleo digno y formal y riqueza al país. Y como si no fuera excesivo les crea a las farc una “nueva zona de paz”.

¿Cuál paz? Ni parcial, ni total, ni siquiera mínima. Hoy vivimos como en las peores épocas de la guerrilla de las FARC, ya que el proceso de 2016 fue una falsedad; los reinsertados fueron volviendo a su conducta habitual de asesinatos, reclutamiento infantil, secuestro, extorsión, narcotráfico, minería ilegal, en fin, todo tipo de delitos, sumándose a los que nunca se acogieron a los grandes beneficios.

El ELN está más activo y creciente que nunca, con la política de “cese al fuego”, para una negociación que nunca tomaron seriamente.

Y Hoy el deporte de estos insensatos e insensibles facinerosos al lado de las distintas denominaciones de los grupos FARC, es el plan pistola, el más cruel, doloroso, despiadado, que todos los días cobra la vida de nuestros jóvenes, que la han puesto al servicio del país y para garantizarnos a todos tranquilidad y seguridad.

Nuestros muchachos sencillos generalmente de familias humildes que han soñado hacer de su vida servicio y honor al país, para quienes el uniforme, la bandera, el himno nacional son símbolos de respeto y amor, son fichas de un asqueroso juego de estos asesinos.

Merecen no solo nuestro respeto, sino el cariño y reconocimiento de todos los colombianos y sus familias una solidaridad inmensa y el compromiso de protegerlas.

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viernes 9 de mayo, 2025

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