Los niños no se tocan: un grito desde el Valle por Lyan

Clara Luz Roldán - Directora colegiada del Partido de la U

Con el corazón en la mano y la voz entrecortada por la tristeza, me uno al clamor que hoy une al Valle del Cauca y a Colombia entera: la exigencia de liberar, sano y salvo, al niño de 11 años secuestrado en Potrerito, Jamundí.

Lyan, como sabemos que se llama, no solo representa a un menor en cautiverio: representa la inocencia ultrajada, la niñez arrebatada por el miedo, y el límite que no se puede cruzar bajo ninguna razón.

Lo sucedido es inaceptable. Ver a hombres armados irrumpiendo en una vivienda familiar, atemorizando a su comunidad, rompiendo la tranquilidad del hogar y llevándose a un menor, no solo duele: indigna. Esta es una herida que nos atraviesa como sociedad.

¿En qué momento permitimos que la violencia volviera a tocar a nuestros niños? ¿Cuándo se normalizó que las armas entraran a nuestras casas y se llevaran lo más sagrado?

Desde el Partido de la U alzamos la voz con firmeza y sin titubeos: ¡Los niños no se tocan! Es nuestro deber ético y político trabajar para que este tipo de hechos no se repitan jamás.

No hay causa ni reivindicación que justifique el secuestro de un menor. La niñez debe estar blindada de cualquier conflicto, de intereses políticos y militares, protegida por la sociedad, amparada por el Estado.

Acompañamos a su familia, a la comunidad educativa del colegio Anglo Americano, a la alcaldía de Jamundí, a la Gobernación del Valle del Cauca, a la Iglesia y a todas las organizaciones que hoy se han movilizado con flores, con globos, con marchas y oraciones.

Ese es el país que debemos ser: uno que se une para proteger la vida, no para justificar la barbarie.

Invito al Gobierno Nacional, a los organismos internacionales, a las entidades del Estado, al Ministerio de Defensa, al ICBF, a la Defensoría del Pueblo y a la Procuraduría General a no escatimar esfuerzos para lograr la liberación de este niño.

Y a quienes lo tienen en su poder, les pedimos, les exigimos: recapaciten. No destruyan más la esperanza de una familia. Devuélvanlo. Los niños no deben ser botines de guerra ni herramientas de presión.

Desde cada rincón del país debemos gritarlo:¡Ni uno más! El país tiene que recuperar el rumbo de la seguridad, del respeto por la vida, de la defensa de los derechos fundamentales.

Y todo empieza por lo más elemental: proteger a nuestros niños.

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miércoles 7 de mayo, 2025

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