Más que moda constitucional

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Las modas son efímeras, si así no fuera, la definición perdería su sentido, son vigentes por un corto tiempo mientras los diseñadores imponen una nueva.

Resulta que tras la aprobación de la Constitución de 1991 se tomó como una moda impartir cátedra constitucional en la educación.

Pero las instituciones educativas desde el principio incurrieron en un mero cumplido, es decir, se pusieron a tono con la moda sin importar la calidad del producto que vendían las modistas y los sastres.

La nueva asignatura se tomó para completar cargas académicas y, lo delicado, se encomendó a profesores de educación física, matemáticas, estética, religión u otras materias sin relación analógica de sus saberes con los principios constitucionales, pero había licenciados en sociales y maestros que mientras ejercían la docencia estudiaban derecho.

Si un nuevo estatuto docente permitió el nombramiento de profesionales distintos a los licenciados, ¿por qué las Secretarías de Educación no abrieron concursos a abogados egresados de las universidades?

Los docentes sin mínima formación jurídica tomaron la nueva cátedra de Constitución como horas extras y le trasladaron el problema a sus estudiantes prometiéndoles aprobarlos si formaban grupos y exponían los temas valiéndose de coloridas carteleras.

Hoy son ciudadanos mayores de cuarenta años que no entienden qué es la independencia de poderes, los procesos legislativos, las funciones de las altas cortes, los espacios de participación colectiva y que no se valoran como constituyente primario.

La educación debe formar para la vida, desde luego, ciudadanos que enajenen su voluntad al Estado confiados que este les garantice la seguridad social y el bien común.

Comments

miércoles 9 de julio, 2025

Otras Noticias